No me gusta la
palabra perdón porque para eso tiene que haber un culpable. Y en las relaciones
entre personas, las cosas que suceden siempre tienen dos culpables (y dos
inocentes): dos personas viendo las cosas desde ángulos distintos. Y cuando
algo se rompe, hay que "reconciliarse": aceptar la razón parcial del
otro y disculparnos por nuestra propia parcialidad.
Eso creo. Perdonar es pensar que tenemos la razón pero somos magnánimos.
Mª Jesús Paradela.
Eso creo. Perdonar es pensar que tenemos la razón pero somos magnánimos.
Mª Jesús Paradela.
La tarde cae paulatinamente como guareciéndose de este nuevo e intempestivo
aguacero primaveral, y la violencia de la lluvia abrazada al viento entumece la
palabra.
Descuelgas el teléfono:
- Sí,
oye mira…
- Disculpa,
¿quién eres? ...
Ni siquiera reconoces aquella voz tan usual, aquella vibración que al
escucharla antaño te recorría el cuerpo entero de un calambrazo lleno de magia,
aquella voz que despertaba el orgasmo apenas la sentías en alguna frase sin
sentido, o en ese recuerdo que llevaba
tu nombre como sorpresa.
- Soy
yo…
Ya la reconoce, y se incorpora de golpe y dispuesta a afilar de nuevo la
espada, la lengua…
- Y
ahora ¿qué pasa?
- Necesito
que me perdones. Que tengas piedad de mí. Sabes que lo que hice nunca fue con
la intención de… sabes que …
Ella no escucha, se levanta y deja el teléfono tirado en medio del salón,
en ese rincón oscuro que lleva el nombre de ayer.
Ya ni escucha. Y él acaba por entender que es mejor colgar. Y por primera
vez ni insiste.
Ambos saben que la reconciliación será imposible. Que son el Norte y el
Sur. Que ya el perdón no tiene cabida cuando es mentira. Que la verdad cuesta
poco, pero cuando funciona sólo en una parte del interruptor, on-off, los
fusibles acaban por fundirse.
Y ya luego, mientras las palabras se pierden en el cementerio del auricular,
desmembradas, solitarias y absurdas, ella se va calzando las botas altas, saca
aquel vestido que tanto le gustaba, se maquilla, se mira en el espejo, y se
dice que está muy guapa, y que bueno, que sí que lo perdona, que ya ni le duele
toda aquella historia, pero que pague antes, que ser magnánima no le cuesta ya
nada, porque el futuro lleva el nombre de eso que pese a todo y a todos, e
inclusive en los días de tormenta salvaje que lo arrasa todo en un nuevo
tsunami, si sigue en pie, es porque todavía sabe que sigue esperando ese giro
que nos promete la vida, ese nuevo destello de felicidad…
Y que como aquel que dice, está a la vuelta de la esquina. Y sin pedir
cita.
A sabiendas de que, ¿quién se sitúa o es capaz de hacerlo a nivel de un Dios, para saber que
tiene o posee la verdad absoluta, por mucho que sea la suya…?
Sólo los paranoicos que se ignoran pero que siguen mitiéndose a sí mismos... concluye, cuando esperando el ascensor, sale de casa en busca de un presente que hace tiempo dejó de mentirse y de metirle a sí mismo y a sí misma, bajo esa máscara que hace tiempo también, decidió suicidar en el Sena.
P.S. Gracias Maria Jesús, por haber estado a las buenas y a las ni tan buenas. Por haber soportado conmigo a esas víboras que intentaron ensuciarnos tanto y por puritica rabia, envidia, y ni lograr en sus mejores días llegarnos ni a la suela del zapato; y que ignoramos, y sólo así se dejaron de joder. Mil besos, mi galleiga, y meigas fora!!!. y gracias, por participar en todas mis aventuras desde que abrí este blog, y por ese carinyo y respeto compartidos.
Gracias, grande muller!!
absoluta, por mucho que sea la suya…?
Que bueno lo que escribiste Eva, voy a ver la película a ver si la encuentro.
ResponderEliminarUn beso en esta tarde gris de lluvia.
Todos vamos tras la huella de la dicha.
ResponderEliminarNo escuchar lo que hace daño es la mejor solución.
Un abrazo muy grande Eva..
"Al bien vení y al mal pasá" frase de mi abuela. Las malas intenciones con firma o sin firma es mejor ignorarlas. Dejarlas pasar.
ResponderEliminarLa canción me encantó.
Un beso Evita.
Después de leído, y disfrutado, el libro que me recomendaste "Los renglones torcidos de dios", al que llama aún pidiendo piedad y perdón... además de meterle el teléfono por.... lo internaría en el manicomio de la señora Almenara :))))
ResponderEliminarBss
Gracias a ti, Madreselvita. Por todo.
ResponderEliminarYo soy, ya sabes, de las que, cuando alguien se me echa encima con intencion de dañar, me hago a un lado y digo "pardon", dejando todo el espacio libre.
Incluso cuando las "meigas" se han confabulado en mi contra...solamente me enteraba cuando alguien venía a contármelo. Pero nunca consiguieron un insulto por mi parte. Ni una respuesta.
No me voy a meter en discusiones con personas que han dejado de merecer mi atención. A distintos puntos de vista, distintos caminos.
Gracias por este post. Y por tu voz.
No hay posibilidad de dar pasos hacia atrás sin llevarse un palo de antaño
ResponderEliminarA palabras necias, oídos sordos. Y el perdón... para muchos es solamente una palabra más del diccionario, palabra que sale por la boca sin haber pasado primero por la cabeza y menos por el corazón.
ResponderEliminarBesos, bella.
Me he perdido algo. Qué viboras trataron de ensuciarte. Necesito detalles. Direcciones, fisonomías. Les daremos una lecciòn. Je
ResponderEliminarNo me van nada las víboras, por eso no las frecuento nunca, si se cruzan en mi camino, me alejo, es peligroso intentar siquiera aplastarles la cabeza.
ResponderEliminarSuscribo lo que dice Luis en su coment.
Prefiero quedarme con esto que dices:
"Aquella voz que despertaba el orgasmo"... y no puedo evitar pensar como seria con algo mas consistente que la voz ... :)
Cuídate mucho guapa.
Besos y salud
Tienes un saco de recursos según se tercie. Eso es inteligencia y sabiduría. Me alegra leerte así, querida Eva.
ResponderEliminarUn beso para ti y otro para M. Jesús.
Me ha encantado como describes el momento teléfono, me suena cantidad.
ResponderEliminar¡Ah! t totalmente de acuerdo en que en una relación siempre hay dos culpables o tres si hablamos de tríos. jejeje
Cuando una y otra y otra vez ( a la misma persona que te hirió) se perdona, hay que saber cuando parar. Cuando curarse, cuando dejar de humillarse ante quién no merece la pena ni, por supuesto, la confianza.
ResponderEliminarUna vez y dos y tres pero la cuarta es tontería...
Besos
(Ancha es, Castilla :dicho popular).Hay espacio para todos: más vale estar sola que mal acompañada...Y, muchas veces en la ofuscación se suelta la lengua y después hay que volverla a rebobinar; por lo que a mí , me parece ,mejor dejar que pase un tiempo... y, a ver en que se queda la cosa(...).Donde hubo brasas quedan rescoldos.
ResponderEliminarBesos Eva, feliz inicio de la Primavera.
A veces hacemos daños sin querer. A veces también necesitamos que alguien nos perdone. Es tan complicado todo, Madreselva.
ResponderEliminarSalu2.
Pero que buena eres sintiendo lo primero , narrando y llevando de la mano al lector a todos los sentimientos que vas transmitiendo, ¡excelente¡
ResponderEliminarBesos muchos ♥♥
tRamos
Estoy tan de acuerdo... son dos culpables... y el que no, impone la justicia de dios, y ahí, todo se acaba... Un abrazo.
ResponderEliminarA las víboras que tratar de ensuciar la imagen de alguien, lo bueno y más acertado es pisarles la cabeza.
ResponderEliminarBesos EVA.
Me encanta el argumento de María Jesús y, aunque lo comparto en parte (las relaciones se estropean por fallos de ambos lados), me gustaría poder creerlo del todo. Pero pienso que hay acciones por las que sí hay que pedir perdón u otorgarlo (o no, según su gravedad).
ResponderEliminarOtra cosa es que casi siempre, al mismo tiempo que tenemos que perdonar a otro, también tenemos razones para disculparnos.
Un beso grande, Eva