Se levantó
y pese
sin creer
en su mañana...
la vida,
incólume,
seguía.
Le guiñó un ojo a su nube,
nadó por su ola revuelta,
y
llamó
a su velero
una vez más:
Libertad.
(Puede parecer hortera, ya en su día hasta me trataron de Pantoja y más allá gente que sólo se queda con la Copla rancia y austera.
Hay que leer pa avanzar...)
Gracias hoy a todas las mujeres argentinas!!! ,
a tod@s aquellas que no se venderán.
Pues la libertad de una mujer, no tiene precio.
No.
Es su cuerpo y su voluntad.
Y en ello sólo puede decidir ella sola, ella misma.
Y este vídeo que he colgado una y mil veces...
Para recordar.
Gracias muchachos por estar ahí también.
A eso se llama empezar el día bien...
ResponderEliminarPienso a todos los barcos en Mediteraneo llamados solamrnte" sobrevivir"...
ResponderEliminar¡Ojalá el velero "Libertad" recale en todos los puertos y surque todos los mares!
ResponderEliminarSalu2 libres, Zarzamora.
¡Libertad, sí, libertad de elección!
ResponderEliminarGracias por apoyarnos y por el hermoso video.
Besos, querida Zarcita.
¡ Que bonito ! Besitos.
ResponderEliminarpero las mujeres siempre la hemos pagado más cara
ResponderEliminarBesos, guapísima
El poema tiene alas. Lo leo y respiro.
ResponderEliminarSimone Veil, una Mujer con mayúsculas.
Me subo al velero llamado libertad y me dejo guiar por las gaviotas.
Besos, mi querida Corsaria Rebelde.