Aquella que tanto dices
seguir amando,
aquella,
ya no soy yo…
Allí donde bailaba el polvo
en el altillo de la estantería, en aquel recóndito espacio fue donde la
indiferencia paulatinamente hizo su nido.
Allí te sepultó mi indiferencia.
Allí te sepultó mi indiferencia.
Ni olvido, ni rencor, ni
perdón, ni amor alguno quedan ya en mi jardín con el aroma de aquella flor que
fuiste para mí un día.
Indiferencia, sequía, y más
indiferencia eres hoy. Y yo, para ti soy...
No logro siquiera pensarte.
Se marchitó la rosa.
Y las margaritas, mudas ya
no dicen ni sí, ni no, ni tal vez…
Y es que ya no hay agua que
las reviva.
Sólo me quedó buscar nuevas
flores, quemar la tierra del viejo jardín, y del barbecho, ver renacer entre
bambalinas, y bastidores, bajo la voz dulce de un nuevo apuntador, y la
resquebrajada voz exangüe de mis latidos un nuevo ama-(por)-mecer ahíto de promesas
sin pátinas, sin acomodadoras a las que darles una propina por dejarles ocupar
un asiento en aquella butaca que ya no era de nadie.
Y volver a sembrar...
Paciencia y espera.
Hasta que de edelweiss y de muguet, llegaste tú y
de invierno y primaveras, lograste perfumar hoy cada uno de mis días...
No sé lo que soy hoy.
Y así, y aún desnuda de mí, me compraste...
Gracias, (...) ♥ por haber creído/ y seguir apostando por mí.
Me quedo con la duda de si hay un inspirador/destinatario para este texto o si son dos. Y no importa, en realidad.
ResponderEliminarLa indiferencia es la verdadera antagonista del amor, lo más lejano a él.
Besos, Eva
Yo, ya hace tiempo, que solo me limito a escribir ...
EliminarEl resto, ya acepté que ni me pertenece...
Y por eso, entre tantas miles de cosas más, libres sois, de opinar lo que mejor os parezca.
A todos y a cada uno de los que os plazca animaros a comentar-me.
Bss, Alís.
;)
EliminarEn esa libertad me siento.
Cuando decía ese y no importa en realidad es porque no pretendo desentrañar qué hay detrás de tus textos, me basta y sobra con su belleza.
Más besos
Tristeza por el pasado, esperanza y alegría por el presente y el futuro... :)
ResponderEliminarBesos y salud
Haces magia con las palabras... y de la indiferencia o el olvido has hecho una auténtica maravilla escrita.
ResponderEliminarMe encanta leer-te y comentar-te.
Un beso enorme Eva.
Anhelamos que nos amen por lo que somos, que acepten nuestros cambios siendo leales a nuestros principios. Ser amada así vale la pena y corresponder del mismo modo es un verdadero deleite.
ResponderEliminarUn beso.
Zarzzmora.
ResponderEliminara rey depuesto, rey puesto. El olvido, el barbecho y, de nuevo la primavera.
Salu2 recommencés.
Yo con leerte me conformo. Besos.
ResponderEliminarLe tengo terror a la indiferencia es lo peor de lo peor.
ResponderEliminarDona e mobile...
ResponderEliminarEstas siempre un as... de corazon!
Besos rumbateandos.
¡¡Uff¡¡
ResponderEliminarQué bonito lo que escribes, me has emocionado, ¡¡es precioso¡¡
Besos.
Como para soltarte...
ResponderEliminar¡Ni loco!
Gracias a ti, y desde 1982.
Seguiré apostando por ti, porque pese a todo lo vivido, eres el mejor número con el que me he encontrado.
Gracias.
En el terreno de la indiferencia con todo
ResponderEliminary la aridez una gota de lluvia puede marcar
la diferencia.
Un abrazo
Tú eres un regalo
ResponderEliminarque espero que sepan apreciar.
Mil besos
Nadie es quien fue, aunque se conserve en la memoria de la imagen, quieta y estática, de quienes fuimos.
ResponderEliminarLa indiferencia es salud para quien al siente. Hay quien la merece a puñaos, que se queden como el polvo del altillo de la estantería hasta que el plumero se lo lleve.
Y, Eva, que quienes te apoyan y están, bien merecen un jardín lleno de flores.
Pero qué te voy a contar...
Sonrío.
Besos, Corsaria Rebelde.
Gracias a todos mis rebeldes siempre fieles por vuestra huella.
ResponderEliminarY unos cuantos miles de besos para repartir y sin moderación alguna a quienes llegasteis hasta aquí.
;)