domingo, 2 de octubre de 2022

OTOÑO. AUTOMNE 1

 Afuera llueve. No es una novedad, qué sería de nuestro París sin aguaceros, ni esos jueves  que nos están esperando y en los que pereceremos sin recuerdo alguno.


Bastille sous la pluie


Desde que la esperanza ha hecho nido en tu boca, cada día cuando despierto  acontece esa luminiscencia entre los grises de este otoño que agoniza con aquellas inmarcesibles hojas que si bien muertas, siemprevivas reverdecen  nuestros recuerdos, la efervescencia en las pupilas, la magia que logra operar lo etéreo en este punto melifluo en el que alcanzamos lo inefable.

Te pienso hoy como hogaño, en mi sutil retirada y rodeada de esas limerencias encantatorias (me gusta inventarme palabras cuando te escribo y neológicamente reinventarnos en diccionarios nuevos despojados de reglas y sintaxis)  que subyugan cada peca de tu piel ante un suspiro del olvido equidistante de lo efímero.

Cuando logramos sortear esas piedras con las que tropezamos  mal, y /o al menos más de dos veces, cuando la soledad en los hospitales nos muestra por la rendija de alguna grieta desconchada en la pared otrora blanca de habitaciones con tubos de oxígeno y palabras muertas dónde está o tal vez donde estuvo la salida desde el origen de la entrada en la caverna;  cuando abrimos las puertas, y renace con toda su magia plena la incandescencia de la vida dejando de lado como una vieja escoba en el rincón de la cocina el desenlace de la soledad para abrirle paso a la epifanía de un presente con cara de futuro, escurridizo, efímero y por ello tan atractivo…  se asusta hasta el mañana con su carita de auroras boreales. 

Recuerdo el latido de tu tinta cuando los dedos escapándose de tus manos columpiaban el teclado hasta volar hacia la niña de mis ojos, cuando la elocuencia de la madrugada, y sin bostezos,  nos bastaba para columpiar una alharaca de cuentos que hablaban casi siempre de amor, nunca de rencores ni reproches.



Agazapada, arrebujada y levantando el cuello del abrigo hasta la puntita de la nariz, toda ella altiva y respingona al horizonte (mi nariz) , y con las manos enguantadas, bajo el calor de la bufanda y la boina parisina mientras me dirigía al café desde el que te escribo ahora, y en el que nos imagino como dos sonámbulos de épocas perfumadas de arreboles y veo nuestras bocas con ese brillo de nubes rojas anunciando horizontes nuevos, sonrío.





Te encontré 

en una primavera llena de abril que nadie nos ha robado y fuiste la serendipia más bella que pude soñar como literatura desmembrada en el país del consuelo;

en la nota dulce que embriaga todo un minuto en las manos traviesas de un Chopin, 

en la algarabía de ángeles que bailan por las cúpulas de una ópera sincera, que no rima, 

en las alas de Chagall, 

en un Boeuf écorché subyugado en las costillas de adanes pseudopsicoanalistas, 

en el aliento del eucalipto por carreteras con un desvío que llevaba hacia el Norte, 

y hasta en un mar austero oteado por una cabra que sabía hablar francés sacándole la lengua a la de Mme Seguin

Revoltosos niños rebeldes con arrugas que saben que el amor existe...

Te recuerdo,  y qué bueno, que te tengo en este ahora que no sabe de/a pasados cítricos y que se mezclan con canelas y tequilas.  Hoy que no necesito ya de tu mano, 
sino sólo
de ese tu tan tuyo: 
"Abrázame y bailemos".

;)



8 comentarios:

  1. Y es real que acaricia tu mirada con sus ojos, no existe el tiempo en el encandilamiento de una pasión fundida en un efervescente deseo. Que dure el sueño que os eleva a humanos.

    Un beso.

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  2. Todavía debe llover mucho más.
    Besos.

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    Respuestas
    1. Hacía años que no llovía al comenzar el otoño... y éste trae el aroma a tierra mojada y al revuelo de hojas y paraguas, ya veremos si sigue así o se manda alguna travesura. Por el momento, sigue su curso, no se detiene y llueve y llueve...
      Besos.

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  3. Me has llevado a un moment del olvido
    Gracias

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  4. Cautivante prosa. No sólo inventas términos también los redimensionas... Lamento informarte que escribiendo así serás frecuentemente desolvidada luego de alguno de esos jueves que citaste al inicio...

    Abrazo hasta París!!

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  5. Quien conoce su prosa es difícil que la olvide .
    "Revoltosos niños rebeldes con arrugas que saben que el amor existe"
    Prima... ¡ay prima....!

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  6. Como me gusta leer tus inventos, dejarme llevar por tus palabras como quien se deja llevar en un baile aun a riesgo de pisar torpemente a quien te guía...
    Qué maravilla escuchar tu música...
    Besos a montones.

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