Abro el libro de Martín Santos, y vuelvo a leer ese pasaje de Tiempos de silencio... He de confesar que recuerdo pocos episodios de mis lecturas pero éste es como la resaca de mi mar en calma.
No pensar, no pensar...
Como el vuelo de la Maga y Rayuela por los tejaditos de París y cronopiando a la gente que aprieta el dentrífico desde abajo, o subir Montañas mágicas y tropezarme por el camino con un cielo abierto, la vida errante; por patria el universo, por ley la voluntad, y por encima de todo la embriaguez de la Libertad, ¡la Libertad! a la que le dediqué mi vida, (media parte de ella paseándome entre las páginas de un loco), un tal Alonso Quijano... quien hizo de mis sueños un afán por la lectura.
Y fijo, que por ello... me llamen loca. Y mi locura sea y siga tan hidalga, y sin remisión alguna.
Tengo suerte por el momento de que me siga amaneciendo… respirar sin mascarilla al tomar el sol desde el balcón, y en cualquiera de mis terracitas parisienses a las que suelo acudir todos los días como fiel habituée; y allí escribir de todo lo que se me pasa por la cabeza cuando te pienso, y poder en ese instante que le robo a Chronos, (Dios implacable donde los haya y por eso es un pinche Dios), dedicarme al menos unas horas para cerrar escotillas, ser un poquito egoísta, y dejarme querer y mimar por ti. Echarnos unas risas francas à la française, olvidar que el mundo es lo que nosotros, únicos responsables, todos, hemos estado haciendo con él hasta que esa bomba de relojería nos estalle, tarde o temprano, en la puta cara.
Porque el destino es esa otra puta mentira, otra religión a la que se aferran los descreídos...
Chronos es el dios más sabio que conozco y he conocido a día de hoy, y tambén el más implacable... es un Dios.
Es mentira que logra poner a cada uno en el lugar que le corresponde, como son mentiras tantas y tantas pretendidas verdades que nos han querido dar en la catequesis de la Iglesia desmembrada del Cristo de la existencia. Les pido perdón de antemano a los creyentes por mi constante manera de blasfemar, o de no querer que nadie me salve de no ser yo misma. Me encanta desconocer a gente que conocí un día, y que tuve el gusto y placer de que no formasen parte de mi vida.
Mientras el amor palpite en cuerpo y alma, los horizontes siempre prometen aventuras, que lo diga el Ingenioso Hidalgo. Complacido leo la intensidad y locura de tus aventuras, con dioses o sin ellos, después de todo fue Nietzsche quien mostró la senda hacia los dioses en los que se puede creer, en aquellos que saben reir y bailar. Besos a arrebato mi Cantaora!!! es el frenesí una de las más prometedoras verdades.
ResponderEliminarRíamos pues y bailemos, Aristos mientras nos quede un aliento de vida.
EliminarBesos, mi Caribe!!! así es:))
Te acompañan unas buenas lecturas, sin duda.
ResponderEliminarSigue pintando los arcoíris.
Besos.
Seguir, y seguir, y pintar de colores este ostracismo, no nos queda otra, Pedro.
EliminarBesos.
Zarzamora:
ResponderEliminarqué razón tienes al afirmar que Cronos es el más implacable e inmisericorde de los dioses. En fin, el tiempo acabará también devorándolo, por despiadado.
¡Y que siga lloviendo, aunque a veces haga daño!
Bonitas canciones, como siempre.
¿Quién dijo aquello de añade un poquito de locura a la razón? ¡Pues eso! Salpiquemos de locura por aquí y por allá.
¿Por cierto, un exceso de "locura" ha producido este seísmo electoral en las Españas?
Salu2 pluvieux.
No creo que como Saturno devore a su hijo.... las saetas giran implacables.
EliminarEso que llueva, que llueva!!!
Salpimentemos con otra vuelta de tuerca esta fría realidad.
No creo, pienso que se trata más bien de un voto de castigo este maremoto.
Bises ensoleillées, murcianico.
Dicen: que Libertad es una palabra política, sea como sea ,cada uno tiene que buscarla en su cajon de sastre.Tú en tus lecturas y esos regalos cotidianos que te haces, que no son materiales sino puro respeto a tu persona.Sino te quieres quién te puede querer mas sin condición , puedes llamarlo egocentrismo, egoísmo, o como te guste pero uno es irrepetible...
ResponderEliminarUn beso estimada,Eva
¡Política? Hasta eso les gustaría apropiarse.... Todos nos creemos únicos, y somos tan insignificantes, que cuando la vida de un guantazo nos pone en nuestro sitio, empezamos a entenderla de otra manera y a verla desde otra prespectiva.
EliminarUn beso, mi querida Bertha.
Ese huracán que nada tiene que ver con una tormenta... ¿puedo esperarlo contigo?
ResponderEliminarBeso grande Eva.
Arrimaita a ti... vega ven, y al laito tuyo esperando ese huracán:))
EliminarBeso enorme, bombón.
Eres libre como Don Quijote, el loco que se sigue por la razón más tierna. Una especie de niño con reflexiones de adulto que nos roba el corazón y nos hace amar la locura de quien es bueno por antonomasia.
ResponderEliminarPara mí es el libro de los libro. Disfruté tanto de él, que cuando lo leí por primera vez a los dieciséis años, frente a la chimenea, me empezaron a arder las zapatillas de gamuza y me enteré cuando me vio mi hermano al entrar en el salón.
Las dos amamos lo maravilloso, adoramos a ese manco de la batalla de Lepanto que nos hace luchar en una sinigual batalla por la cultura y el conocimiento.
Un beso.
Para mí también lo es. Me lo leía mi padre para dormirme.
EliminarAnda qué!! Menos mal que tuviste a tu hermano cerca, porque gracias a él tus andaduras no dejaron de ser quijotescas desde aquel día.
Cultura y conocimiento son esos bienes que me son /nos son tan preciosos por ser un bien preciado y que intentan arrebatarnos por cualquier medio.
Un beso. Ilduara.
(...)y la honestidad de quien es limpio de corazón.
ResponderEliminar(...) y el poder de su magia aunque acabe siempre descalabrado y malogrado.
EliminarGracias rebeldes, por vuestra huella y vuestro paso.
ResponderEliminarY cerramos post.