Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre… Pobre… ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
César Vallejo. Del libro Los heraldos negros (1918)
Ana Céspedes Castañeda Segunda persona del singular. Ed Loto Azul, 2024.
y más en su blog de Mujeres...en un clic a este enlace: petitpalaisduvocabulaire.blogspot.com
A Ana, y a Moisés in memoriam …
Regresar a casa y encontrarte con la Poesía, la que duele
y deja huellas indelebles no sólo en la piel y el corazón sino también en el
alma.
Regresar a casa y tener la bendita suerte de seguir
pudiendo abrazar a quienes quieres y es recíproco.
Regresar a casa y que una bloguera, y más que bloguera,
paisana, y ya amiga, te regale un poemario muy íntimo.
Regresar a casa y leerlo. Aprender del dolor, de su
belleza, de la nostalgia y el perenne recuerdo de lo que amamos y partió a ese
lugar del nunca jamás donde los cinco sentidos carecen de sentido.
Regresar a casa y conversar, contarnos que la muerte no
es un regalo, así como las despedidas que apenas acababan de ser la belleza de
un te quiero que sin esperar siquiera su llegada nos ofrecía el destino.
Regresar a casa y leer que las flores más bellas se
escriben en los versos camino al cementerio.
Regresar a casa y releer que el café con leche calma la
soledad que empañan las lágrimas y el velo de lo que no llegaremos jamás a
entender.
Regresar a casa y mirar en el sofá aquella película en la
que tanto nos reíamos juntos y hoy, a solas, ya no hace ni puta gracia.
Regresar a casa, y en segunda persona del singular, a ti,
Ana, darte las gracias por abrirme los versos de tu dolor en primera persona…
Regresar a casa, y agradecerle a los planetas tu sonrisa
por una terapia que en unas pocas páginas (para qué más) te permiten gritar,
aullar por fuera tanta impotencia contenida.
Regresar a casa y conocer a Moisés detrás de tus pupilas.
Regresar a casa, y sentirme viva, porque eso es la
Poesía, resucitar el recuerdo de amores que tanto fueron y nos dejaron al
marcharse un tiempo roto…
Gracias, Nena, por haber cumplido ese tu/vuestro sueño
literario que hoy, para nosotros lectores, es para su/tu recuerdo (en segunda
persona también) un bello recuerdo compartido con nosotros en primera persona
del plural ;) el cual permanecerá
incólume en nuestra memoria, como ese paseo entre la vida y la muerte, en el
que ningún Dios nos permite quedarnos para seguir devorando el paisaje, y
malditos sean aunque no logren perdonarme.
Ana Céspedes Castañeda Segunda
persona del singular. Ed Loto Azul, 2024.
Un poemario altamente recomendable para aquellos (y los que no)que sientan que el duelo y el dolor también forman parte de nuestro Carpe Diem.
ay! cielo!! estoy en tu blog!!! y me encanta!!!
ResponderEliminarcreo que ya te he dicho más de una vez que escribes bonito!! pero esto es precioso!! gracias por esta maravilla!! y gracias, gracias, gracias por tu apoyo!! y por los cafés!! ya sabes lo importantes que son los cafés!! un abrazo!! y mil gracias!!
No soy de cumplidos, y lo sabes... :))
EliminarPor esos cafés que aún nos quedan por compartir.
Gracias a ti,
Un abrazo!!
Hoy salgo de aquí con una lágrima cayendo. Regresar a casa y llorar los recuerdos que han acudido con prisa. Regresar a casa y leer que las flores más bellas se escriben en los versos camino al cementerio. Esta frase me ha "tocado". Besos, Eva
ResponderEliminarAl leer el libro, que de paso recomiendo, lo sentí así...
EliminarLas visitas y las flores al cementerio, llevan las lágrimas de la ausencia y la belleza del recuerdo.
Besos, Arantza.
Llegar a casa y encontrarse con versos escritos de víspera, que leídos nos hacen renunciar al punto final.
ResponderEliminarUn beso.
Ese punto final, según cuándo y para entender su por qué para muchos de nosotros debería haber sido un punto y seguido...
EliminarNadie está preparado ante la llegada inesperada de la Calaca antes de tiempo, y sin avisar con tiempo para asimilarlo...
Un beso, Ilduara.
Soy Ilduara
ResponderEliminarLo sé ;)
EliminarZarzamora:
ResponderEliminarbella y triste música para leer esos poemas de dolor.
Intentaré hacerme con ese poemario.
Salu2 albinoniens.
Nan, éste te lo regalaré yo...
EliminarBises de reccueil de poèmes, murcianico.
Con este adagio leer esta entrada es todo un lujo.
ResponderEliminarMuchas gracias por dejar este estupendo enlance:vamos a nadar en poesía que falta nos hace doblegar las emociones...
Besos estimada Eva
Ana, es una gran lectora, y una gran defensora de todas aquellas autoras que personalmente desconocía. Su blog es aprendizaje. Y su libro una página abierta al dolor de una pérdida.
EliminarBesos, mi querida Bertha.