domingo, 16 de marzo de 2025

YO (NUNCA) FUI UNA NIÑA BUENA....

 Me encanta mi trabajo, y es una suerte, y además es la pura verdad. Me lo paso bomba. Ya sea frente a mis estudiantes, en los proyectos varios ministeriales o traduciendo y montando nuestra revista, o escribiendo algún artículo de uvas a peras ya.

Pero los incompetentes rencorosos, me pueden. Sí, os hablo de  esos que te doblan el trabajo (porque ha de repetirse por culpa suya) y ni siquiera son capaces de asumir que lo han hecho mal. O bien todos aquellos que intentan medirse con una/o no sé yo el porqué, tal vez por su falta de autoestima o su egocéntrico narcisismo. Y también los que van de supervisores del trabajo bien hecho, y se lo atribuyen sin haber dado palo al algua. 

Me ponen de los nervios estos tres grupos, no lo puedo evitar. Y eso que yo soy una niña buena...



Fernández uno de mis colegas (del que ya os hablé en múltiples entradas)) es uno de ellos y hoy en día además cuenta con una del grupo tres a la que apodé/ amos La Marquesa..
Hoy, tras salir de una reunión en la que le/s han remonté les bretelles a este par (dado un buen repaso, y cantado las cuarenta) me pidió que por favor comiera con él, que me invitaba, que necesita explicarme y comentarme un par de cosas. Y sí, nos reúnen hasta un domingo si hace falta...
Respiré hondo, conté hasta 1000 (lo de hasta 10 a mí no me funciona) y como estoy en una fase positiva, y zen -gracias a mis amigos coreano y japonés-,  le dije, va, venga, vale.
Así que me llevó a un lugarcito simpaticón, que sabe que me gusta.
Yo, de verdad,  juro y prometo por el Diosito que está en los cielos que respiré hondo, lo escuché con mucha paciencia, y no dije ni mú a lo largo de la comida, limitándome a ser su paño de lágrimas.
Pero cuando me trajeron el filete con las papitas fritas y al ladito venía un sobrecito con pimienta y otro con sal, me los puse de lado.
Cuando llegó la hora del postre y mi dolor de cabeza ya era tal que ya no sabía ni dónde poner ni fijar la mirada para no darle un cachetazo o una colleja de las de no te menees, por prepotente, narcisista e incompetente (esto último es lo fundamental) le pedí al camarero dos cafés y le dije que teníamos que ir al aseo antes de regresar, porque aún nos quedaban unas horitas antes de terminar con todo.
Le pregunté ¿vas tú primero o voy yo?   A lo que me dijo, ve tú, luego iré yo. Iba de caballero ese día... aynsss
Y me vino de lo más bien.  Al salir, y volver a sentarme a la mesa, ya llegaba el camarero acercándose a la mesa con nuestros cafés.
Fernández se levantó y me dijo que volvía enseguida con una sonrisa de oreja a oreja.
Nada más irse, le puse la pimienta y la sal en el café, y lo removí bien, bien, con mi cucharita.


Y no sé, pero es que me sentí como la nenita buena cometiendo una travesura. Y me estaba muriendo de risa yo solita al imaginar su cara de incompetente encontrando la salida digna.
Cuando llegó, y le pegó el primer sorbo, no dijo nada… pero ya al segundo me dijo, ¿qué malos hacen los cafés aquí, no?
A lo que le contesté, anda, anda, termínatelo de golpe que no has hecho nada más que quejarte desde que llegamos y ponerle peros a todo. Venga que aún tenemos que acabar lo que empezaste, y hay que devolverlo a las 3.
Y así lo ha hecho, de un golpe se ha tragado un café pimentado y resalao y yo, con esa sonrisita traviesa y diciéndome, no te culpes,¿¿ eh?? Que a ver quién no ha cometido una travesura en su vida, o dos, porque ya como muchas más, sería hasta vicio y maldad. Y eso no.
Que yo soy una niña buena.
Aunque la que le tengo preparada a la Marquesa, en breve, ni se la ve venir...



 Y por eso os dejo dos vídeos, el primero para los que fuisteis como yo, a colegios de esos de pijos y pijas y ya os curasteis de espanto.

                                   



 y otro un poquito más moderno...








Este post va tras leer el artículo publicado en el País hoy por  Rosa Montero (que tampoco es que sea santa de mi devoción...) pero a veces, da en el clavo.

en un clic, el artículo de marras ;)




8 comentarios:

  1. Vaya, que travesura le hiciste.
    Y no me quiero imaginar que tenes planeado para esa llamada Marquesa. Que igual lo vas a contar.
    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Me la veia venir en cuanto apartastes la sal i la pimienta,,, : D
    Tu mimsa lo dices, un buena chica ! !.
    Un saludo !!.

    ResponderEliminar
  3. Esperando la siguiente...esa seguro que es de traca.
    Feliz semana Eva

    ResponderEliminar
  4. Ciertos personajes se merecen castigos como estos.

    Saludos,
    J.

    ResponderEliminar
  5. Desobedecer, ningunear y cuestionar a mi madre me dio la felicidad.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  6. Joder, te ha inspirado el diablo, ja, ja, ja, ja.

    ResponderEliminar
  7. Pues no le está mal por prepotente. Qué hartura con ese tipo de personas. Besos, Eva

    ResponderEliminar
  8. me muero por saber la que le tienes reparado a la marquesa, jajaja
    Esos tipos se merecen eso y más.

    ResponderEliminar

Rebeldes que dejaron su zarzamora