FRASES DES-HECHAS II

Foto. E.M. Paris, julio, 2013.

Ayer fuimos a ver una expo en Beaubourg sobre el arte Pop mi amigo Javier y yo. E irremediablemente salió a relucir mientras desayunábamos la célebre “Sobre gustos no hay nada escrito”. De una cosa fuimos a otra y comentamos un artículo que habíamos leído los dos y la frase hecha que acababa de soltar.

El País recomienda al genio, la exposición de Pissarro  como el primer impresionista.  A mi amigo Javier cada vez le gusta menos este periódico, y me dice que ya no es lo que era, y que seguro que la mitad de España ni habrá oído hablar de esta exposición  de Pissarro y que no es del gusto de todos, pero que ya se sabe, sobre gustos no hay nada escrito, o para gustos, los colores.  Dentro de este dominio todo es muy personal. Es cierto que no existe la Belleza o la Bondad “universales” como para erigirlas como una  regla absoluta, sólo hay gustos particulares y punto y pelota, nada que decir. No me gusta y punto, o cuando no se puede argumentar te sueltan ese "sobre  gustos, los colores" y te quedas como una gilipollas. 
Pero de pensarlo un poquito como hizo Kant, aquel irremediable incorruptible del pensamiento, nos damos cuenta de que no habría que confundir el gusto con la belleza.   Si bien es cierto que sobre gustos no hay nada escrito, también habría de haber algo para determinar lo que es bello. Según este pensador existen cosas, objetos, lugares, etc  objetivamente bellas.  “Lo bello es lo que universalmente place o gusta sin concepto alguno”.

Dicho de otra manera más simple, no podemos estar de acuerdo para decir si algo es bello o no, sin ser capaces de establecer una definición o explicar el  porqué. Una puesta de sol en la Alhambra, la muralla de China, el Adagietto de Mahler, podemos convenir de manera unánime sobre su belleza, sin poder explicarlo verdaderamente de manera racional o científica.

No hay fórmulas acerca de lo que es bello o no, hay un largo consenso a reconocerlo ahí donde se encuentra.  No nos equivocamos al pensar que algo es bello sólo porque es agradable.

Atracción o repulsión, no se discuten. Lo que me gusta sólo compromete a mi yo y a mi sensibilidad, pero ambos son necesariamente particulares e íntimos.

Sería ilegítimo conferirles a nuestros gustos, y al mío en particular, un valor objetivo.  O lo contrario, cuando afirmo que algo es bello, presuponer que los demás pueden pensar lo mismo que yo: la belleza no se limita a la sensación, (necesariamente algo subjetivo); también consiste en una capacidad a juzgar que conlleva su parte de objetividad. Por ejemplo no podría decir que los cuadros de Pissarro no son bellos bajo pretexto de que no me tocan la fibra, o que Mozart era un moñas, y su música es insoportable porque me aburre o no me gusta la música clásica.

Me gusta, no equivale a Es bello. En el primer caso, lo que afirmo sólo es válido para mí y nadie más que yo;  en el segundo,  formulo un juicio objetivo que otros pueden compartir o criticar.

Entonces si sobre gustos no hay nada escrito, -y nadie se atreve a discutirlo- al menos la belleza es algo que por definición- nunca dejará de ser discutido.