martes, 19 de noviembre de 2013

UNE JOURNÉE ORDINAIRE




Te levantas alegre porque sí, y ni te preguntas el porqué. Te das un buen duchón, preparas las tostadas con lo que queda de restos de mermelada, y abres la ventana del balcón y te sientas un ratito para tomarle el pulso a la temperatura. Cae un aguanieve que dejas recorrer por la cara, así plantándole cara, y con la nariz respingona y el entrecejo haciéndole una mueca.

No nieva, y te preparas con las botas altas y sales al ascensor que como siempre suele estar en el 10º. Mientras,  compruebas la agenda, si llevas el paraguas, te pones la boina en su sitio, te acomodas la bufanda… y los guantes!!!  Ya sabías que se te olvidaba algo. Pero va a ser un buen día.
El ascensor llega tarde,  casi un cuarto de hora, sales sin guantes, pero todo va ok.
Te diriges al metro, y enfrentas a la fauna otoñal. Mientras estás esperando en el andén, buscas las gafas… en el escote, encima de la boina… en el bolso… ¡Ay en el bolso!... en la cartera, y no, no están. Das marcha atrás y las vas buscando, vuelves a retroceder con cuidado y no, no están.  Y vas a llegar tarde. Y piensas, me dan igual las gafas, te bastarán las de lejos, las de repuesto que siempre llevas en caso de, porque te conoces bien.
Entras en el vagón, te sientas a duras penas, y empiezas a notar un tufillo, (y eso que la mujer que tienes al lado, una cuarentona, de lo más chic, no te parece sospechosa), pero el tufillo sigue ahí… y cada vez es más insoportable. No entiendes cómo la gente se puede perfumar tanto, no sabes,  a veces hasta prefieres a los que sólo se lavan con jabón y ya. La miras, te mira, la vuelves a mirar, y haces un mohín con la nariz. Te mira por encima del hombro, y te pones la bufanda entre los ojos y el escote, a ver si así entiende. Pero no, no entiende. Y cada vez el tufillo es más intenso e insoportablemente embriagador. Esperas e ideas una estrategia para cambiar de lugar en la próxima estación de cambio, en la que suelen bajarse casi todos y no es la tuya.
Bajan, cambias de lugar y te dices Yesss!!! Que lo lograste. Sacas el libro de nuevo, en este momento sigues con Ron Rush, una vez te gusta el libro de un autor, acabas con toda su serie, y Rush es  un caramelito en el que perderse ante tanto pesticida. Y vas entrando a través de la lectura en universos paralelos, y de pronto te das cuenta de que tienes una mano en la solapa, la otra en la cubierta del libro, y que la mano que tienes entre las piernas no es la tuya, no. Cuentas, una en la solapa del libro, otra en la cubierta… y ¿ésta de quién es? Bueno, no pasa nada, te has levantado alegre, y tienes un buen día… ¿ y las gafas? Le tomas la mano al caballero y la vuelves a depositar entre sus piernas. Ya está. Retomas la lectura. Al cabo de tres páginas, esa mano intrusa reaparece entre las tuyas. ¡Jo! , respiras, miras al caballero, que no parece estar por la labor de sentirse concernido y repites la misma operación. Miras a tus viajeros cómplices frente a ti. Pero una está mirando al este y el otro hacia el oeste. Por suerte sólo te quedan tres estaciones. Pero la mano ha regresado a tus piernas. Ha de ser un buen día, por lo cual, piensas, cabrón, si tuviese un mal día te iba a cortar los huevos. Esta vez, ya no le depositas la mano cuidadosamente, sino que lo miras de manera te voy a matar y le pones la mano en su lugar de mala manera, y encima esta vez te devuelve la mirada y te sonríe.
Bajas, sales del metro, llegas al anfiteatro y los estudiantes, te sueltan un ¿Se ha puesto tan guapa para nosotros? Sigues pensando, tengo un buen día… Y les contestas, ¡pues claro!, ¿para quién si no? Acabas el laburo y sales disparada a una reunión (por eso te disfrazaste así, de protocolo) pero ya llegas más que défraîchie (deslucida) y ahí, va y la coleguilla que tan bien te cae te pregunta ¿Qué mona vas hoy, oye dónde te compraste esos anillos? Y tú sigues con lo tuyo, que va a ser un buen día, y respiras hondo. Y le contestas que no sabes, ni te acuerdas y es verdad. Y ella, Ahhh, Ufff, Ohhh, es que no me quieres dar la dire, eh? Y ahí, respiras más hondo, vas a buscarte el limoncello y te lo bebes de golpe y te buscas otro con un tentempié, y aparece el nuevo coleguilla… ¡¡¡Dichosos los ojos!!! Llegas tarde, ¿lo sabes? Y sigues respirando, va a ser un buen día. El coleguilla sigue ahí plantado con un abrigo horterísimo que parece sacado de la guerra del 14-18. Y piensas que por favor no te pregunte si le queda bien… Pero va y te lo pregunta. ¡Ay! Vas a buscarte otro limoncello y te haces la loca. Y la coleguilla que le está diciendo que le queda de maravilla, que parece un dandy, un héroe del Romanticismo. Te bebes el limoncello de golpe. Y cuando estás a punto de ir a buscarte otro, el coleguilla te sonríe, y te dice, venga dime si te gusto así… Y le contestas un cúmulo de cositas que no debías. No sé, le dices, ¿te lo ha regalado tu suegra? Y luego vas a la reunión, se acaba, regresas a casa, y sin saber por qué vuelves al metro. Las gafas. Y vas a la taquilla y preguntas si por casualidad las han encontrado. Y ahí están. Y entonces esperas 1h a que te las devuelvan porque el aparato informático no funciona, la impresora tampoco, pero no te las puedes llevar sin que te den un papel y un recibo. Respiras, es un buen día, todo va bien, estás contenta y quien encontró las gafas, el jefe del tramo de tu línea aparece, y te pregunta si quieres tomarte un café en La Liberté mientras arreglan el papeleo. Y le dices que estás limoncellada, y al final eres tú quien le invita a un Perroquet, y cuando ya acaban los tragos, te buscas una excusa para decirle que mañana pasarás a buscar las gafas y a firmar el formulario. Y te contesta que ahí estará. Un día más. 

                                                       

29 comentarios:

  1. ¡qué bien has explicado lo del "tufillo"!

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  2. Vaya un día que has tenido, Madreselva.
    Si vivieras en los USA te podrías comprar un fusil de asalto y llevarlo en bandolera para disuadir a los aguafiestas, jajajaja.
    Siento decir que me gusta echarme mucha colonia y suelo dejar un rastro que atufaría a la más activa de las mofetas... Mi moza siempre me riñe.

    Salu2 limoncella2, Madreselva.

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  3. Te regalaría para navidad un metro para ti sola...y un ascensor repleto de bailarines...

    Un beso Eva.

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  4. Para ser ordinario el día....
    Suerte de los limoncellos, y suerte de tu arte narrativo para contarlo y hacernos sonreír :) Esa es la fauna urbanita... es lo que hay!!!


    Bss

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  5. Siento dos buenas cosas: perseverancia ( "Pero va a ser un buen día", reiterado), y el deseo propio de darse una oportunidad ( "te buscas una excusa para decirle que mañana pasarás a buscar las gafas y a firmar el formulario. Y te contesta que ahí estará. Un día más").

    UN DÍA MÁS, EVA QUERIDA.

    MIL BESOS.
    Me encantó!

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  6. Menos mal que estabas de humor y te lo tomaste todo con filosofía, menuda jeta la del tío de la manita, no sabia que pasaban esas cosas :(
    Pero bueno, tu a lo tuyo y a salir airosa de todas las situaciones que para eso tienes clase :))
    Besos y salud

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  7. No dudo que existan esos tipillos que se equivocan de pierna se necesita mucho control para actuar como actuó este personaje femenino. Buen temple. Y a otra cosa mariposa.

    Besos Eva..... Que estés bien amiga.
    Besos Evita.

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  8. Paolo Conte: el regalo de la manana antes el duchon!

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  9. Pude ver la película. Hasta estoy pensando en dejar esta ciudad e irme a vivir a Europa. Por este lado del mundo lo ordinario es monotonía. Admiro mucho tu narraciones Eva, me haces vivir cada una de ellas.

    Besos

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  10. Con lo que se demuestra que, si no queremos, no hay nada capaz de romper un buen día...

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  11. ¡Ofú! Que cansancio de día:)
    Es que ponerle buena cara al día, por muchos sopapos que te meta, es todo un triunfo. Y, quién se va a privar de triunfar, al menos en eso que es decisión propia? A triunfar nos llaman.¡
    Ánimo, valiente, a esta es!

    Besosssss

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  12. que día, niña!!
    agotador... pero me ha encantado tu manera de contarlo...
    ay... el limoncello!!
    besotes!!

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  13. que buena forma de relatar algo cotidiano. en cada movimiento que haces le pones letra.
    un saludo

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  14. que buena forma de relatar algo cotidiano. en cada movimiento que haces le pones letra.
    un saludo

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  15. Dios!
    Casi me da un ataque por ponerme en tu lugar!!!
    Yo siempre digo que el perfume en gotas diminutas, apenas perceptible, para que deje rastro sin marear o que entren vomitonas. Las manos en los bolsillos, las preguntas tras mirar a quien preguntas y las invitaciones como el perfume,ja,ja,ja
    Besos para este buen día.

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  16. Jo, que ajetreo! Habrá sido un buen día, pero un sin-parar, tambien. Lo del tío del metro, lo suyo habría sido liarle una a ver si se daba por aludido... mucho morro es lo que hay.

    Bss.

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  17. “Pierdan todas las esperanzas. Estamos todos en el infierno”.
    De la Divina Comedia de Dante

    Más sinembargo te dejo besos grandotes de esperanza y felicitaciones por este bien logrado escrito de denuncia existencial, mi Cantaora!!!

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  18. Me lo he pasado pipa leyendo tu relato, y además me he sentido identificada, quitando la paciencia que Dios te ha dado y que a mi, por suerte y por desgracia, me falta... ¡vaya! que yo me cambio de asiento ipsofacto,con una sonrisa, eso si, que yo a la primera grito, y mi mano sale disparada a la cara del vecino de vagon, y rapidamente pido el libro de reclamaciones, y además con disimulo le quemo el abrigo al colega y....bueno que mañana será otro día ¿no?. Besotes.

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  19. Qué texto el tuyo de hoy. Cadena de vida cotidiana, llena de esperanzas, temores, realidades y líneas de continuidad.
    Besos.

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  20. Las botas son geniales...

    Abrazotrotemetro

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  21. Hay días resultan así, completamente psicodélicos. Me gusta tu forma de relatarlo. Una amiga de mi abuela me contó una vez que llevaba una aguja ( de esas que se ponían con un adorno en el sombrero, o sujetaban un pañuelo al cuello, para clavarla a un desatinado como ese que metía la mano donde no debía... jejejeje

    Besos

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  22. Gracias por el relato.
    Un beso.

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  23. Me gusta mucho tu forma de narrar, Zarza, como al descuido, pero todo bien entramado.
    A veces una se propone tener un buen día y todo conspira para que no, pero hay que tolerar con una sonrisa ... y un par de limoncellos.
    Me encantó el tema musical, en el idioma de mi infancia.
    Besos.

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  24. Me gusta mucho tu forma de narrar, Zarza, como al descuido, pero todo bien entramado.
    A veces una se propone tener un buen día y todo conspira para que no, pero hay que tolerar con una sonrisa ... y un par de limoncellos.
    Me encantó el tema musical, en el idioma de mi infancia.
    Besos.

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  25. Fijo que si quedan dos paradas más, al sobón ese que se le iba la mano a la pierna equivocada, se queda sin manos o sin huevos.

    Besos. EVA.

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  26. Parece que tener un buen día depende sólo de proponérselo de verdad y vivir cada cosa que pasa, porque pasan cosas, como una aventura. Si te decides a enseñar cómo se hace, avísame, porque sería tu primera alumna.

    Me entretuve mucho con este texto. Hasta lamenté que se terminara el día.

    Un beso grande, Eva

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  27. ¡Vaya un día! Me recordó a Una jornada particular, no por el tema, sino por la abundancia de sucesos y el limoncello siempre rondando por algún lado.
    Me encantas, Eva, sí, sí!!!

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  28. He recibido tu mensaje.¡Que alegría! Creía que el sistema de comunicaciones de la nave estaba averiado debido a la alta radiación geomagnética. Por lo visto me falla el canal de transmisión pero no el de recepción. Gracias por interesarte por mi, estoy bien, mi corazón se ha encogido un poco y he perdido algo de masa ósea al no estar bajo la influencia de las fuerzas gravitatorias durante largo tiempo. Una tormenta solar ha variado el curso de mi nave y ahora soy un cosmonauta perdido en el espacio infinito intentando establecer en mi cuaderno de navegación nuevos rumbos de progresión. Una vez más, gracias por recordarme el sabor del limoncello. Brindemos con la copa de nuestros corazones. Salud!

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  29. Y yo ahí, siguiendo todo lo narrado, como una sombra cotilla :D

    Lo de que si te lo ha regalado la suegra... genial!!! Muy educada, muy correcta y muy irónica.

    Besos!!!

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Rebeldes que dejaron su zarzamora