TODO PASA.

Desde el viernes pasado llevo una sonrisa boba  encima las 24h del día. Sí, esa sonrisa que desde que te levantas hasta que te acuestas  llevas pegada al cuello de cualquier camisa ajena, dentro de tus bolsillos, o en los de cualquier caballero interesante, en cualquiera de los dobladillos de la ropa que te has puesto, en la cartera, en la bufanda, dentro de la boina y del paraguas, los guantes, los pendientes, las sortijas, y hasta en los zapatos.

Cuando te han jurado y prometido todos tus ángeles que te iba a llegar el momento, te llega.

Acaba por llegarte. Sólo era cuestión de tiempo. Se trataba de seguir haciendo camino sin más. Que la suerte gira al cabo de ocho años, que luego les toca a los que ni tanto te han compadecido comerse ahora su marrón, y a ti, seguir andando, aunque sea de oca en oca...

Durante ese tiempo, has llorado mucho, has peleado con los burócratas, has visitado las habitaciones desconchadas de los hospitales, te han metido quimio por la boca, has perdido las defensas, te has caído y has querido levantarte y no podías, te han quitado la casa de tu infancia, has visto al tirano del olvido llevarse hacia el desagüe los sueños de toda tu niñez y  todos los momentos que aún te mantenían en pie volatilizarse por cuatro  perras que ni pagaría el desasosiego de una crisis,  has visto a toda esa carroña bailar en la tumba de tu padre y  ya antes revoloteando a la espera de que el tiempo les diera la razón , a notarios con dientes afilados frotándose las manos, y has sentido náuseas, no has podido ni pagar para recuperarla porque todo se lo llevaron por transfusiones los médicos y los recortes,  y luego has querido volar hacia el abismo y estrellarte , pero te ha salvado esa palabra que ha visto tus ojos de melocotón desde niña y quiere escuchar tu voz de caramelo,  y te  has liberado de fardos, de pesos inútiles, de maletones de cuero, de ramos de rosas con espinas, de todo lo superfluo para quedarte con los Beatles, los pasodobles, los tangos arrabaleros, con los soles y las cerezas, y con esos mil besos para reblandecer tu día, y con Musos que se sienten como tú, que  no piden y dan, no esperan tu luna de Valencia  y se ofrecen.

Has borrado aquellos correos de “ ésto es para tí ” , los que llevaban faltas de ortografía hasta en el alma, las chapuzas del querer a medias porque ni sabían cómo, las almas de frígidos poetas, la impotencia del silencio cuando sanarse es necesario a través del Be(r)so, cuando las flores son más que un simple aroma y llevan tilde en la i de Poesía, cuando llegar a casa y compartir un habanito y un buen Cabernet releyendo La Bestia en la jungla de H. James, te hace relamer historias pasadas con acento de futuro.

Cuando vuelves a aprender que sonreír es magia, cuando saboreas en la música de otros cuerpos  que un beso lo puede todo, cuando dejas que se suiciden los egoístas pero no los locos de corazón que han saboreado el latido del electrochoc y saben de perdones y de estrellas,  cuando en suma, empiezas a aprender que la vida sólo merece que beses en la boca a quien se lo merece. 

Y aprendes también a dejar tus zapatos secándose detrás de la puerta, en el viejo descansillo de madera,  pero dispuestos a emprender nuevos vuelos.

A ti, que hiciste realidad uno de mis sueños... bailar bajo la lluvia, y a pelo, descalzos, dans ce Jardin de la Place des Vosges, entre una reunión, una huelga compartida y por venir, y un toque de locura, de dos cuerdos sin remedio .

;-)