Los humanos llevamos cadenas sin saber que los eslabones se hallan sueltos.
Y cuando se acaba la Fiesta, soltamos delicadamente la arena que metimos en un puño, y la dejamos deslizar suavemente entre los dedos. El tiempo ya se ha ido… y no obstante llenamos de arena de nuevo nuestros puños; y volveremos, aunque ya cargados de otros nosotros, y ajenos a este yo, que ni siquiera ya es.
Toca hacer maletas y regresar, y
entonces cargando los pocos bártulos que
arrastramos, recogemos también los instantes,
los metemos en la bolsa con el cepillo de dientes, soltamos de nuevo las amarras, y respiramos hondo. Nos llevamos en el
bolsillo sólo lo justo: una ola, una
pizca de salitre, esa sonrisa que se pegó a nuestras pupilas en el bar de la esquina y a la comisura de
nuestros labios como la espuma de una cerveza, y ese beso que sacaremos de paseo cuando nos falte el aire.
Luego nos reiremos de todo
durante un nuevo vuelo, nos reiremos por dentro, para no insultar al pasado ni al recuerdo. Bailaremos con las alas rotas tal vez, pero abrazaremos las cosquillas, y volveremos a regatear con el destino, a
sabiendas de que las resacas sólo son un
pas de deux con la vida que no cesará de darnos pisotones mientras soñemos el baile, el cual aunque apenas acabamos de memorizar y de aprender sus pasos, ya nos reclama bailar sueltos.
Siempre he soñado con el puño
cerrado y el pulgar protegido, imagino que para que no se escurriera esa arena
mientras dormía.
El tiempo es lo único que no nos
espera, y por eso, ya te cito de antemano, y como en el minuto 0.35 de esta canción, en el
Pont des Arts… y luego, mientras vayan desfilando los créditos de una nueva
película por estrenar y en el mejor de los casos con un buen travelling… en Bodycam, volveremos a soltar la arena
de nuestras manos, en un andén, en un viejo espolón por derribar porque nos
impedía ver el mar, o en ese muelle donde zarparemos sin rumbo hacia una vieja América que áun no haya sido conquistada, -con las horas
viejas a cuestas, pero también con las nuevas saetas que se han de clavar como esquirlas-, y en las manecillas que vuelvan loco a cualquier
segundero, o en los minutos de aquellos sueños aún tendidos frente al mar, y que dejamos arrugados y adrede por planchar.
La arena se suelta siempre, pero no los recuerdos...
ResponderEliminarYo espero que los tuyos sean maravillosos y te hagan sonreír...
Besos y salud
Se escurre la arena porque seria imposible seguir acumulando y dejamos lugar para lo nuevo o el recuerdo
ResponderEliminarAbrazos
Estaré pendiente de esa nueva película metiéndole fuelle para que la candela se vuelva una candelada!!!
ResponderEliminarMi Cantaora un candente abrazo y besos, nos estaremos comunicando en este 14 ja ja ja
Igual que un reloj de arena que llenamos y vaciamos consumiendo tiempo.
ResponderEliminarUn gran abrazo mi querida Eva.
Me he quedado reflexionando sobre la cita inicial y después de un rato, solo me queda pensar que el hombre no deja esas cadenas y escapa porque, como ser gregario, siempre ha de estar junto a otros seres y aunque esté jodido tiene miedo a estar solo.
ResponderEliminarUn abrazo y que este año sea mejor que el anterior.
Oído cocina...
ResponderEliminarBon viatge pels guerrers!!
Qué bonito es eso de las cadenas con los eslabones rotos.
ResponderEliminarNo nos damos cuenta pero a veces es así, nos creemos maniatados y no lo estamos. Ojalá pudiéramos desatarnos con valentía.
Salu2 sin cadenas.
Lo del puño cerrado? Y no será como para abrazar la vida, como cuando nacemos?
ResponderEliminarEso de llevar de regreso lo justo en los bolsillos me gusta,
y ya sabemos que el corazón vuelve repleto de vivencias.
Besos y bailar con todo, el año