"El perdón queda en manos de un ser divino y superior" . Noelplebeyo.
Don Julián, o don Julito, o don Chulito como lo iban apodando sus
feligresas a medida que los años iban pasando, era un curita que se sentía bien
entre bautismo, eucaristía, y comuniones, polvete y polvete, y bodas, e incluso entre rosarios y
epifanías antes de dar la extremaunción.
El día que llegó Marianela al pueblo, aquel pueblucho de Aragón donde ni
siquiera las cabras daban ya leche, D. Julián conoció a Cristinita.
Ella, le anduvo confesando tantos pecados, que él acabó por relacionarse con
aquella santa mujer y acabar aceptando ser su confesor.
Su pasado, y sus penas y glorias, su jovialidad y su canalillo hicieron el
resto en don Chulito.
Don Chulito era de los de mucho criticar pero de los no ver su propia mierdecilla o pajilla, en el ojo ajeno.
Mientras le bautizaran en el Jordán todas sus musas… él seguiría rogándole a Dios por tanta ventura.
Cuando Cristinita le confesó así, y de buenas a primeras que fruto de su
lujuria y de su propio pecado, estaba a punto de engendrarle un “concebido”; a
don Chulito, le dio por marcharse a las Américas, y desde allí cobardemente le escribió una notita a su
feligresa más penitente:
"Querida Cristinita,
sé que sabrás perdonarme.
Estoy buscando todavía a ese ser que anda y anduvo en mí.
No me escribas, porque no soy de responsabilidades.
Mi alma anda con Dios.
Y tanto tú como Él, sé que sabrán perdonarme.
Ya acabé de saldar mis deudas con todo lo material, y sé que ya me perdonaste porque Dios ya así lo hizo.
Es más, tu perdón , no lo necesito...
sólo me encomiendo ya hoy, y por hoy, a Dios y en cualquier y a cualquier encomienda".
P. D . Los quiero, (tanto a ti, como a ese ser que vendrá cargado de gloria bendita,) como sé que ese Dios Todopoderoso se encargará tanto de ti, como
de nuestro hijo, y que ambos, con el tiempo, sabréis perdonarme.
Besos de por vida y hasta la muerte...
Sólo en manos de ese ser divino y superior queda mi perdón, porque yo sé que nunca tú, ni el fruto que llevas en mis entrañas, sabréis ni hubiérais sabido juzgarme.
Tu Chulito.
P.S. Para Noelplepeyo…. Primer relato, y primera respuesta.
;-)
Gracias Noelito, por estar, e involucrarte en una de tantas locuritas y
cositas mías.
Éste curita chulito es un pedazo de mierda y un cabrón de mucho cuidado. El gusano éste no merece perdón de ningún mortal de la tierra, y menos del Supremo en el caso de que existiese alguna. Vamos que encima para éste capullo el ofendido ha sido él. Que le corten la polla y se la echen a un perro. Joder que "irritasión que he pillao".
ResponderEliminarBesos Eva.
Qué difícil es perdonar en algunos casos, ¿verdad? Besos.
ResponderEliminarSí, Pedro, así es.
EliminarBss.
Me parece que me he perdido algo ¿qué es eso del relato?
ResponderEliminarY sí.
EliminarLee la entrada anterior, mi Tracy...
Tú estarás siempre en mi casa perdonada de antemano...
Y si quieres y te apetece seguir esta locurita aún estás a tiempo.
;-)
Esto promete. Ansioso estoy de seguir leyendo.
ResponderEliminarSalu2, Zarzamora.
Menudo pedazo de cabrón el cura este, casi tanto como Galardón...
ResponderEliminarBesos y salud
Quería escribir, Gallardón, claro, perdona guapa.
ResponderEliminarMas Besos y salud
Yo prefiero el perdón humano, cuando es posible. Aunque generalmente me aferro al perdón sí, pero olvido no.
ResponderEliminarHe sonreído al suponer que el relato nació de la frase de Noelplebeyo. No por él, sino por la frase.
Un beso grande, Eva
Ja ja ja como que no es de esto que hablan los de auto ayuda cuando dicen lo de "autoperdonarse" pues en este caso se trata de un cínico sinvergüenza que aparte de perdonarse él mismo su culpa, da por un hecho el perdón de su dios y de las personas que birló. El autoperdonarse no siempre va por las buenas intenciones a que se acogen los predicadores, no en este caso, ja ja ja como queda demostrado.
ResponderEliminarBesos mi Cantaora!!!
Ese dios siempre es un buen lugar pa lavarse las manos... Un abrazo.
ResponderEliminarA Dios rogando y col el mazo dando...otro más de la saga de los intocables...
ResponderEliminarBesos Eva feliz finde.
...y con el mazo dando;)
ResponderEliminaral chulito lo han dejado con el culo al aire
ResponderEliminarno tiene perdón que exista aún tal vileza
que chulo ser contestado con tanta contundencia. Besos
Vaya morro tiene el Chulito este jaja nada de perdón, un buen sartenazo de Dios o de quien haga las veces de él y le pille más a mano.
ResponderEliminarJusticia poética que se dice...ni la humana, ni la divina valen para nada:))
Muuaaakkkss!! .. feliz finde Evita & CIA.
Benditas locuras las que nos dejas aquí.
ResponderEliminarSaludos.
Besos para los dos.
ResponderEliminarPerdonar u olvidar...¡ah, cuán difícil, sólo el tiempo es capaz de ayudarnos!
Cristinita y su canalillo y también el fruto de la lujuria de chulito, ni siquiera se habrán planteado perdonar. Una prueba de paternidad, una nota al obispado y luego a superarlo, que está claro que chulito no merecía la pena y hubiera sido una lacra más que una alegría.
ResponderEliminarBueno el texto, y genial la cabecera del blog.
ResponderEliminarTe felicito, Eva. Te ha quedado perfecto. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia....
ResponderEliminarBesos
¿Perdón? Sí, pero después de haberse hecho justicia y cumplido la sentencia.
ResponderEliminarBss
Vaya con el curita. Vaya con tus relatos...
ResponderEliminarMuy bien.
Te leo.
Un beso.
me ha encantado!!!
ResponderEliminarbesotes!!!
Me gustó el texto sarcástico, porque si encima el Chulito es un cura, qué forma tan cómoda de tirarle el paquete del perdón a un dios del que ni sigue los mínimos mandamientos.
ResponderEliminarComo dijo Aristos, fue un autoperdón flagrante.
Besos, Zarza.
Toda una joya este Don... casi me alegro por Cristinita imaginando que se queda.
ResponderEliminarAbrazoosa!
Coincido con Luis San, Perdón después que se haga justicia. Creo que ya te lo había dicho hace poco.
ResponderEliminarBesos Evita.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo creo que Dios, si es que hay Dios, perdone lo imperdonable y si perdona es para borrarse del cielo y bajar directamente a los infiernos, con los malos que ya se sabe como son y no los perdona nadie.
ResponderEliminarBesotes
Eva, me ha entrado un no sé qué por dentro...
ResponderEliminarEste relato es tan real como la vida misma. Basta acordarse del famoso refrán.
El perdón es para uno mismo, pero a muchos les consuela y calma poner responsabilidades en manos de otros.
Besos, cosa linda