sábado, 9 de julio de 2016

TUS (R)"OJOS"


E.M
Llegaste a mí como una tromba de agua fresca.
Dibujando luciérnagas, pintando de rojo las paredes y tatuando  moras en las cicatrices de cada ladrillo de este zulo oscuro.  Se abren las nubes en el cielo de nuestras bocas,  y las páginas volatilizan sus letras, preservando un te quiero en nuestro marca páginas.

Navegando por las contradicciones, que como las olas bañan las resacas de los pensamientos, vaivén infinito de idas y vueltas interminables, sin reproches ni dudas, enroscadas todas en este dolce far niente tintado de azurro, alejado el pensamiento de ataduras racionales, despierto  en el limbo del sin sentido, sin atar al corazón, dejándolo desbocado, a rienda suelta, y al galope.
Que se desprenda del cuerpo y que se rinda ante lo ingrávido, dejándolo mudo en esa languidez que se quita el sombrero ante las despedidas y los reencuentros. 
Que sienta solo y no se acobarde, que se acurruque en esa boca que aletea, o en ese semen que se desperdicia o en los muslos abiertos de un amanecer que huele a la canela de tu piel.

Abandonarse al instante, besarle en la boca, oler esa flor que colocas entre los mechones disueltos de mi pelo y mi oreja izquierda. Besarte las manos que hacen justicia por mí, dejarte entrar por la puerta grande y regalarte todas mis dudas y mis promesas incumplidas, mis reproches, y los desdeñados vodkas rojos de mi boca. Dejarte las facturas del pasado en la mesita de noche, recoger mi cepillo de dientes y regalarte un beso en la frente antes de que despiertes, y luego uno de lluvia de abril para mojarte los labios.

Y luego soltarte, e irme, y  ver en la arena de cualquier playa tus huellas lejos de mis silencios, y deshacerme de lo que fue sólo mío, ahogarlo en la espuma de las crestas sonrientes de una marea que crepite sin fin bajo los tardíos rayos del sol que se adormecen en la orilla, y saborear este instante en el que me desprendo de ti y como en un cuadro de Chagall, vernos volar de la mano por las cúpulas de un verso que se durmió en el suspiro de una ola.





Y horas después,  llevarme el libro bajo el brazo, tu rosa, y seguir leyendo,  pero en otro bar, y en otra ciudad, hasta el próximo desencuentro,  en el que aquella vieja canción nos aúne de nuevo en esos puertos, que de tan nuestros, ya son de nadie.


Louis Stettner, Parc Marigny, Champs Elysées, Paris


Y tras mis pupilas,  las ramas de tus ojos,  y los labios rojos  que nos besan los tres tiempos... 

14 comentarios:

  1. Un texto lleno de romanticismo y melancolía. Me gustó mucho.

    La canción es una de las que me gustan. Igual Leonardo Favio dejó en el aire muchos poemas cantados.

    Un beso Eva.

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  2. Genial el texto, y la canción, me ha gustado mucho este post.
    Un fuerte abrazo Zarzamora, feliz finde, amiga.

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  3. El pan de cada día: los desencuentros.

    Besos

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  4. todo el texto magistral, pero el último párrafo de la primera parte: REONDO, niña, REONDO
    Un besazo.

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  5. Los colores y las lecturas de tus ojos son especiales

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  6. Anda que no hace años que no escuchaba al Leonardo... :)
    Tu, tus pensamientos y tus letras, son inmensamente grandes...
    Besos y salud

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  7. Darte sin tenerte, encontrarte para perderte, soñarte para mantenerme despierta.

    Son tantas las imágenes que provocan tus palabras que solo bañándome en la noche iluminada del recuerdo de un Chagall creo atisbar a comprenderte, gracias por el regalo

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  8. ¡Menos mal que decías que a nivel escritura estás seca!
    Esto fue todo un chaparrón de imágenes, metáforas y sentimientos.
    Leonardo Favio, hace cuánto que no lo escuchaba... gracias.
    Besos y abrazos, Zarcita.

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  9. ¡ Pero que grande eres mi niña ! La canción me encanta, hacía mucho tiempo que no la escuchaba. Besos calurosos, como de 40 grados.

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  10. Abre la ventana, asómate a oír mis aplausos ( algo parecido)

    Saludos,

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  11. mira que se te da bien esto de crear imágenes deletreando sentimientos...
    y mira que me encanta a mí pasar por aquí!!
    besotes!!!

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  12. Tal vez todo reside en ese desprenderse del cuerpo y rendirse ante lo ingrávido...

    Mi aplauso y mi cariño, querida Eva.

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  13. Un bello texto, como todos, Zarzamora.
    ¡Qué bien escribes y cuántas imágenes sabes crear!
    Salu2 admira2.

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Rebeldes que dejaron su zarzamora