Lo vi nada más entrar. Y pensé en evaluar la cantidad de esfuerzos que
tendría que hacer de volver a enamorarme.
En esos momentos una no suele ser lo bastante desconfiada, y luego, zas, ya has
caído en la trampa.
Ya había tenido mucho tiempo para darme cuenta, después de mucho tiempo
perdido en hacer de los feos, guapos, de los idiotas, irónicos y de los vulgares, impertinentes.
Y esta vez no me falló.
Recuerdo ahora haberme dicho justo antes: “ Jo, otro que tal. Será que los atraigo, ¿o qué ?". Y se paró
ahí mi reflexión.
Luego ya me vuelvo a contar la misma historia que si esa
espalda debe esconder esto y lo otro, que qué voz, que qué ojos, y de paso me pongo a recordar que a
fin de cuentas yo tampoco era ningún bellezón de revista y que no tenía por qué
hacerme la difícil tampoco.
La
culpabilidad como guinda para hacer de tripas corazón, todo hay que
decirlo.
Y glu-glu-glú ya estaba metida hasta el cuello, con todo el equipo para volver a
enamorarme, con este nuevo amor a la altura de un andamio que tendría que edificar
para mí: hacer de un tipo provisto de una inteligencia y de un físico por debajo
de la media: un hombre fatal.
(Continuará).
Como dice la letra de esa bonita canción del caballo viejo: cuando el amor se llega así, de esa manera...
ResponderEliminarAnsioso estoy de ver cómo continúa la historia.
Salu2 nuevos, Zarzamora.
Algo tendrá el muchacho
ResponderEliminarBesos Zarzamora
Racionalmente el amor es muy trabajoso, pero como te enamoras con las vísceras...
ResponderEliminarQue interesante, corazón... :)
ResponderEliminarBesos y salud
Enamorarse no es un esfuerzo, al contrario, sucede lo quieras o no. Ese es el problema...
ResponderEliminarSaludos,
J.
Volverse a enamorar. Creo que es fácil volverse a enamorar y no precisamente de un guapazo Pero si de hombre caballero que sea fundamentalmente fino con el sexo débil. Que te trate como a una dama. Imagínate si no te vuelves a enamorar.
ResponderEliminarSaludos Evita.
Jajaja, el hombre fatal.
ResponderEliminarBesos
Me encanta la crudeza del relato, ¿acaso no es esa la realidad de casi todas nuestras historias? Adornar al otro, intuir, imaginar, construír siempre otra razón, otro motivo, otra intención para el silencio, el gesto brusco, el olvido, la pereza.
ResponderEliminarDispuestas a vivir las historias que la realidad no nos presenta nos disponemos a inventarlas, irónico es que cuando todo pasa, cuando el esfuerzo se vuelve imposible tengamos la tentación de sentirnos engañadas.
Un beso
No sé cómo terminará la cosa... pero algunos no podemos dejar de enamorarnos...
ResponderEliminarBesos.
Esperando la segunda parte. Besos.
ResponderEliminarSi un Qualquier ofrece la Seguridad Social puede estar querido de fatal !
ResponderEliminarSi no es ficción, intuyo que eres muy enamoradiza, pero no me quiero anticipar, así que voy a esperar esa segunda parte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Uy! cuánto hace que no escuchaba ésta banda!...el amor es asumir que estas desvalido, por eso cuesta ceder.
ResponderEliminarYo mejor ni te digo, porque soy capaz de enamorarme, sí, literalmente enamorarme de Vicent el de La Bella y la Bestia.
ResponderEliminarhttps://youtu.be/sRNzGOkVRjU
Abrazos, Evita y mi cariño
Bueno, ya sabemos que la razón no manda en cosas del corazón.....!
ResponderEliminarBesos Eva =))))
Me encanta como en pocas palabras hablas del amor, visto y no visto, muy cierto amiga.
ResponderEliminarEsperamos la segunda...
Besos y feliz día Zarzamora.
Sí, que siga; que quiero seguir leyéndote.
ResponderEliminarUn beso
Cuando una se enamora se mete hasta las patas (frase de aquí) y no anda racionalizando, se tiende a idealizar. La cosa es el después, cuando se cae la venda...
ResponderEliminarBesotes, guapa.
Gracias a todos por vuestra visión del amor ♥ o razón...
ResponderEliminarMis respetos, que comparto, o no.
Es cuestión de educación sentimental que diría Flaubert.
;)
Bss.
Y tanto que es un andamio...
ResponderEliminarEsperaré la continuación.
Besos, querida Eva.