SIN BAJAR LA GUARDIA

Me mataron en el intento de serlo. Exigiéndome más a mí misma de lo que nunca llegase a suponer. Hasta llegar a caer y morder la náusea, arrastrarme en un túnel. Hospitales. Válvulas. Pastillas. Medicación y citas en psiquiatría. Todo por ser mujer. Lavarte la ropa. Hacerte los bajos del pantalón, recogerte los calcetines del suelo. Corregir tus libros, la tesis. Llegar a ser más que tú y que nunca me lo perdonases. Darle de comer a los niños. Subir por la escalera de la indiferencia y los insultos. Estamparle un portazo al machito de turno cuando te llama hdp con la boquita pequeña por ser tú su superior y que no pueda aceptarlo porque llevas falda.

En el rincón de la última noticia leo maltratadas, vapuleadas, veladas, ablaciones de clítoris, lapidadas, repudiadas, asesinadas, violadas y arrinconadas. Y no tiene fin la ignominia.

Me levanto y rocío las traducciones con un poco de mala leche. Y me retiro en un hastío de reproches y de risas. Hoy aprendí a delegar, a sonreír. A crecer más humana. Los rencores se quedaron en el rincón de esas hojas de periódico deslavadas, en la dedicatoria de tu último libro, en el reverso de una manga que no tiene costuras.

Hace tiempo que salgo a la lluvia sin paraguas, que me relamo en las tostadas, en los viejos croissants y disperso los miedos con jengibre. Hace tiempo que revuelvo los fideos chinos en la sopa de la indolencia, en el líquido acuoso de la irresponsabilidad y piso en el suelo las hojas muertas hasta hacerlas crujir., con botas de tacón alto.

Luego ya me levanto del suelo y me pinto de maga, o de hechicera y con mi fragilidad a cuestas me doy  un respiro para creer de nuevo en ti, mujer.

Y como muchos no lo tienen aún muy claro, empezando por políticos, empresarios, obispos, incluso mujeres, colegas, legisladores, amos de su casa,  familiares, amigos, y la lista sería larga...

No nos queda otra que seguir manifestando  hoy por los 364 días que aún nos quedan por el simple hecho de haber nacido mujer y en cualquier parte del mundo...

Ya hace años que este día no lo celebro: lo reivindico.