Golpea la marea en la senda de tus lunares, y a mis pies, tu sombra se desliza como nube de lluvia enroscándose por mi nuca mientras voy "embrujulándote" la espalda.
Es en esas noches que perfuma la
soledad, cuando desde el vientre del silencio, llegas con la savia de tu cuerpo
para anegar mi entraña.
Y al despertar del aletargado
sueño, los recuerdos del ayer son sólo harapos recosidos que han ido
extinguiéndose bajo la tenue y superflua luz de las farolas camino hacia el
olvido ante las caricias de tus manos.
Otrora perdido el sentido en el
antes y después, o en el nunca y siempre, todo sigue y se detiene ante la
música desgastada de la poesía de un verso hechizado en la vehemencia de los matices
de la hiedra de nuestra piel.
Y te muerdo entonces los deseos
recorriéndote con la lengua cualquier efímero rincón y alimentando el paso del
tiempo que se deshilacha en un segundero, entre susurros y gemidos, detenido.
P.S.
porque la vida sigue...
Como yo, y tú, tras ella...
mientras nos siga amaneciendo...
Gracias.
ResponderEliminarOs comentaré según mi tiempo, y disponibilidad.
Primeramente a aquellos que me dejasteis vuestra huella...
y aún sabiendo que lo haría, y sin publicar;)
Gracias.
Por el momento no sé del derrotero de este paisaje de letras.
No pido nada.
Sólo os beso, por el momento.
No soy capaz de más....
;)
Madreselvas:
ResponderEliminarla espalda es todo un territorio inabarcable, indómito y agreste. Se necesita brújula para recorrerlo.
La vida sigue, sí, a trancas y barrancas.
Tómate el tiempo que necesites, por supuesto. Siempre aguardaremos tus incondicionales.
Salu2 vitaux.
Gracias Dyhego, y gracias Rebeldes!!!
EliminarEste texto es un auto-plagio de 2013 ;)
Y el resto de comentarios, me los guardo como en la entrada anterior, entre pecho y espalda.
Gracias a todos!!
Y besos infinitos.
Bueno, pues ahí te van muchos besos de mi parte... :)
ResponderEliminarBesos y salud
Cuidate mucho, desahogate cada vez que lo precises, con tu prosa o tus versos llenos de joyas. Todo lo demás es secundario.
ResponderEliminarEnorme abrazo, querida Zarcita.
No te preocupes prima, tú sabes organizarte muy bien y aquí vamos a estar tus incondicionales esperándote.
ResponderEliminarLos recuerdos del ayer son solo harapos recosidos, dices, pero como bien dices siempre: mientras nos siga amaneciendo...
ResponderEliminarY esos harapos recosidos, a veces son bandera de rescate.
Nada mejor que un momento en buena compañía.
Nos dejas de acompañamiento, Sarabande. Me fascina. Buena banda sonora para momentos de vida.
Besos, Eva.
Besos.
ResponderEliminarMientras siga amaneciendo hay que darle a la vida un poco de lo mucho que nos da.
ResponderEliminarUn abrazo Zarza