BESOS 3

Acabo de agotar y de dejar todos los besos que me quedaban en tu mejilla izquierda…

Los que robé, los que me comieron la boca, los que me cosieron los labios, los que envié con señales de humo o en la palma de la mano, los de compasión , los de soles y lunas, los de estaciones, los del pan nuestro de cada día, los de ir por casa, los que se dan porque sí y los que porque no… los de puta y los de virgen, los de infinitos y más allá; los que se perdieron en el desagüe de los sueños, los que volvieron al fregadero como borbotones de agua que necesitaba fluir, los de mar y los de río, los de Océanos azules bravíos, y los de Mediterráneos delicados y suaves, agridulces, salados,  dulces, empalagosos, los de abuela, los de vecina, los del pueblo aquel entre Viver y Siete Aguas, los de Canet, los de Xàbia, los de Denia e Ibiza, los de París con su lluvia de anís, los de sapo y princesa, los de mayordomos y señoras ;-), y me enciendo en tus brazos, recordando la pura luz que me traje de Coyoacan a Monte Albán,  y del puente de los suspiros, los de la fiebre del sábado noche, los de los Bee Gees, los de los Beatles, los Rollings, Dylan, Deep Parpel, Lou Reed, Jethro Tull, El último de la fila, Chiquilla…  Kortatu y tutti cuanti  que no nombro por ser la lista infinita… ya que contigo aprendí a besar a través de la música, y sé lo que te debo, a ti, siempre calladito, serio, contumaz a tu manera, siempre discreto y elegante.

Te besaré la muerte, te besaré la vida, los ojos, los párpados, las pestañas, el aliento, el soplo, el rencor, el odio, la injusticia, las sombras y las pesadillas y no dejaré de inventar e imaginar miles de besos por y para ti.

Te besaré hasta morirme,
besándote la vida.