Queridos rebeldes, blogueros, mejor pasad de largo...
¡AVISO!
Es un texto largo ;P
Y por eso entre otras cosas, sigo publicando;) porque este formato no me limita ni censura los muchos caracteres que me apetece/apetezca publicar.
Anduve pens-ándote.
Anduve pens-ándote.
In Memoriam, a Javier.
Cuando te pienso
Iré hilvanando cual costurera prodigiosa una respuesta “corduresca”, para
que no te me pierdas como cuando te escribo de manera automática y hasta pueda
que parezca que esté meando fuera del tiesto, pero no. Soy una mujer muy
sencilla y diplomática en mi día a día, nada estirada (con lo que le hubiese
gustado a mi madre que tanto empeño le puso) aunque ni te lo creas ni lo
parezca, práctica no, esto no lo he sido en vida, pragmática y apasionada con
todo lo que supone de contradictorio imagino que eso sí.
Y nah, las gracias a ti.
Ahora ya hechos los agradecimientos y la introducción de rigor, vayamos a
lo nuestro. ¿Te parece?
Los calendarios poseen el poder de ser crueles, de marcar en un recuadro un
número y un día de la semana, los más van en hileras de 7 como los enanitos
perdidos por el bosque en busca de Blanca Nieves, y casi siempre llevan una
imagen que ilustra el tiempo de un mes más que agoniza en nuestras manos. Otros
los llevan a modo de agenda en el bolso, y apuntan citas, reuniones, copas,
encuentros, la expo, el concierto, los asuntos pendientes, y las notas que allí
se enterrarán de un año a otro irán desde las cosas más triviales
hasta la defunción de un ser querido.
Si lo pensamos bien todo nos remueve y nos altera, un aniversario, el
nacimiento de un hijo, cumplir los 40, los 50, los 80, y a medida que las
saetas apuntan cada vez más cerca al corazón sentimos cómo éste nos acelera las
ganas de saborear cada minuto, cada cual a nuestra manera, en soledad, nadando,
bailando, cantando, escribiendo, peleando con la parienta o besando a uno/a de
nuestros amantes.
Jamás he soportado tampoco que dirigiesen mi vida y ya desde bien
pequeñita, ahora ya es tarea perdida para quien lo intentase siquiera. Al
espejo hay que mirarlo con la serenidad de lo que refleja, con la mentira con
la que queramos acariciarlo y la verdad que queramos contarle. Detrás de él,
hay otros muchos dédalos, laberintos, dameros, conejitos y juegos perversos de
cartas a las que apostamos y no siempre nos dan el Jackpot, tras él está
la ruleta rusa, lo que nadie ve y escondemos, nuestros ventrílocuos, nuestros
disparatados yos, lo que intrinsicamente sólo vemos nosotros mismos, y sin
contar que nos anidamos tras él cuando nos da la gana y le hablamos
introspectivamente.
Hay gente que pasa por la vida sin haberla vivido. Y eso es triste, es un
insulto, no se le puede hacer mayor desprecio a un calendario que el de vivir
sólo de paso. Y aquí es necesario que me ponga solemne.
No cambiaría ningún día de mi vida. Ninguno. En eso no me parezco a la
Montero (que tampoco es santo de mi devoción) y es más, no la hubiese vivido de
otra manera. Y ha habido de todo, mucho malo (sobre todo estos últimos 10 años)
pero tanto bueno, que lo malo era y lo he vivido hasta hoy como una lección de
vida.
No sé hacer nada a medias. Con cinco añitos hice ya la maleta para salir de
casa ante los ojos perplejos de mi madre. Salí de España muy jovencita, viajé
mucho, me casé dos veces, tuve amantes excelentes y de gran altura. No he
conocido hombre que no diese la talla y eso hasta la fecha, lo cual me hizo no
ser una mala follá como dicen los expertos, tuve una excelente estrella, conocí
a medio mundo literariamente hablando, nobeles con quien compartí mesa y más,
actores, artistas, cineastas, y a gente de ir por casa, a mendigos con quien
también compartí cuando llegó la caída un trago de vino de Tetrabrik, con
minusválidos y cretinos emocionales, soy feliz profesionalmente hablando, adoro
mi trabajo, soy feliz cuando salgo a publicar ese artículo que me pedís, o traduzco y escribo, preparo clases, hablando en el
anfiteatro, o de paseo con mis estudiantes por Montsouris o el
Luxembourg, (ya más alto no se podía llegar) escribí siete libros a mano que regalé, planté un árbol, y
luego cuando llegó la caída, supe lo que era estar sola, el abandono, la
hipocresía, la maldad y el arribismo de muchos, el que te ignoren o
indiferencien porque has tenido un brote que es peor que un cáncer pero las
enfermedades mentales asustan, y luego llega el silencio en la agenda, el
paso de los días sin vivirlos, el suicidio malogrado en la ducha, las ganas de
saltar por el balcón, el repudio, la misantropía, el desgano, el hartazgo, el perderle
el gusto a las horas, la falta de sal y pimienta, el abandono del cuerpo y su
levedad, y aprender lo frágiles que podemos ser hasta las rocas, la mentira,
las ilusiones que se rompen en el espejo, la vehemencia pulcra de los adioses,
la mirada compasiva, el llanto negro que se cuela como el alquitrán por las
venas…, las puñaladas traperas, el que te consideren menos que nada, hasta que
como un Montecristo regreses, vayas a por todas y sin rencores y te veas de
nuevo renacer esplendorosa, con las alas blancas de una Maga sobrevolando de
nuevo los tejaditos de un París que no dejó de ser tu aliado ni aún
cuando creías que la batalla estaba perdida y la derrota ese amanecer sin dueño
al que ni despertar querías. Pero, va y sí, despiertas, te levantas, y Lázaro
te besa en la boca, y resucitas.
Y también aprendí de todo eso, que todo pasa, y que por suerte la vida
seguía, y se lo debo a mi manera obstinada de querer vivirla.
Aprendí entonces lo que es la humillación, el dolor, la pena, la empatía,
el silencio, la humildad, saber estar en mi sitio, no callar más, devolver cada
golpe con la palabra, a matar al silencio, a mirarme al espejo con sabiduría, y
a seguir amando sobre todas las cosas.
Me decía ayer mi hindú (el dueño de un bazar al que voy a comprar cosas
insólitas y que me recuerda al antro chino de los Gremlins) un señor ya mayor
que siempre que voy me aconseja sin pedírselo, que uno solo es sólo una mitad,
y no está completo…
De ser tú (que no seré jamás por mucho que intente y quiera) yo le diría a
Ella que chico quiere seguir viviendo en ella, que quiere ver sus ojos cuando
la penetra más allá del deseo con el ansia de sentirse vivo, que lo de la edad
es sólo para los que desde que nacieron sólo han sabido insultar a la vida y
conformarse con frases hechas y libros de autoayuda.
Que el sexo es la cosa más maravillosa que pueda existir entre dos cuerpos
cuando ambos se abandonan a la magia de un despertar, que la chispa de la
felicidad es corta, que dura poco y que en toda mi vida perdí ocasión alguna para
tirarme el mundo por montera y cometer imprudentes locuras, que no sé si esta
noche estaré aquí, si mañana me morderá de nuevo la bestia o me dará un
zarpazo, o un aviso, y que ser prudente, callar, no arriesgarse, y morirse por
dentro, es una putrefacción que no está hecha para ningún gusano antes de
tiempo.
Y sí, hombres como tú que no se han sentido así como miles de mujeres
también los hay, los hubo, habrá y seguirá habiendo, así que si llega
alguien al calendario que tenemos colgado en la pared, y a la fecha que llegue,
y sin pedir permiso, ni la edad, ni la posición, ni si nos tintamos o no el
pelo, si estamos calvos o ellas tengan estrías, y que el amor o el sex nos
mueve el piso, nos hace perder el sentío o nos da puntos de vida para seguir
sintiéndonos algo más que un pedazo de carne, yo iría por ello como hice
desde que nací, que la vida no es que sea corta, sino que es muy suya, y nos da
oportunidades, elecciones (algunos lo llaman destino) que de perderlas, o
errarlas por el qué dirán unas cuantas beatorras o algunos machistas a los que
no se les levanta ya, nos estaríamos muriendo por un qué dirán que ni nos
importa.
Ve por ella.
Y más si ha habido ganas, sexo de mirada a sexo, y mirada, y amor a
deshoras. No la sueltes… Yo no lo soltaría.
Luego o mañana te mando más fotitos de las que te prometí. Ya ando yo por
las calles de París y de buena mañana…. Con la gente que está asegurando mi
remplazo, 4 son… no sabía que hacía tantas cosas.
Besos que te den alas para viajar hacia esa cama que es el reposo de ese
gran guerrero que eres. El tálamo de la vida se llama amor, deseo, sexo,
aventura y riesgo., ave Fénix, locura, romper normas, rebeldía, años sin
fronteras, V-I-D-A.
Y como no, un beso mío, apasionado, porque no sé ni sabría besarte de
ninguna otra manera.
Denso, cargado, rebosante de convicción. Energía pura, la más pura, pues manifiesta a una voluntad que sabe lo que quiere. Buena dosis para coger fuerza, ahora que regreso de la jodida gripe, entre otras cosas, por el abrigo de los que siempre estáis... Gracias y... a por todas!
ResponderEliminarVamos pues, Manolo!!!
Eliminar¡¡Ea!!!
¡Y qué no se diga...!
Creo, como tú, que aquel que sabe lo que quieres debe apostar por ello. La vida es difícil sin que hipotequemos nuestros sueños. Desconocemos si hay otras vidas, yo me lo juego todo y me lo jugué siempre y aún así mi sueño más ansiado se muestra como improbable.
ResponderEliminarUn beso.
Es un viejo texto, que le escribí a mi mejor amigo, Javier quien falleció en mayo de 2019 de un tumor cerebral irreversible.
EliminarAndando haciendo limpieza en mis cuadernos, me apeteció publicarlo, ya que re-leyéndome nuestros sueños, los hicimos juntos real-i-(e)dades.
Lamento que ese tuyo se quedase en una "improbabili-edad".
La vida no deja de sorprendernos, doy fe.
Sigue ansi-ando ;)
Un beso.
¿Creías que por decirme que era una entrada larga me ibas a desanimar? al contrario la he cogido con más ganas y eso que es densa ¿eh?
ResponderEliminarAl pasar por algunos párrafos parecía que me estaba leyendo mis propias convicciones y mis ganas de vivir y sacarle todo el jugo a la vida, es nuestra obligación. Me has reafirmado , si cabe más, en mis creencias.
Gracias Eva.
La energía de Javier te acompaña. Seguro.
Un beso primmita.
La pucha... ya quisiera yo escribir algo así de bien! ¿Largo? Pues escribe siempre así, que de aquí no me muevo y te aplaudo hasta que me duelan las manos!
ResponderEliminarBesos.
Los Javier que conosistes , conoses, o conoseras tienen mucha suerte...
ResponderEliminarUn beso sincero y gramatical.
Gracias a todos por vuestra paciencia y lectura.
ResponderEliminarBesos.
Ya sabes que a mí no me cansa leerte y me ha encantado como siempre. Un abrazo fuerte fuerte y un beso para él en el recuerdo.
ResponderEliminarCuando te arrancas con un texto largo yo me animo a seguirte, esa cabecita loca tiene la habilidad de decir tanto y tan bueno...que solo me queda admirar y envidiar tan buenas maneras de escribir y llegar.
ResponderEliminarPorque estás aquí, llegas y traspasas... y te haces "de querer" Eva.
Rebelde y con causa.
¿Te puedo abrazar? ¿Y besar? Tanto, como puedas necesitar.
❤
Precioso, Eva. Conmovedor, alentador, intenso y bello.
ResponderEliminarMe dan ganas de darte un abrazo bien apretado
Y besos, claro
¿Y qué te puedo decir, Eva?
ResponderEliminarA corazón abierto, esa eres tú.
Javier se fue, como lo hacen los grandes: pronto.
Te ha dejado un hueco enorme que sabes llenar con el recuerdo y el inmenso amor que le tienes.
Es imposible no conmoverse con cada frase que escribiste, más, porque tiene el peso del tiempo. Él siempre estará en ti. No es consuelo, pero lo vivido, queda.
Un beso enorme, Corsaria, Rebelde y auténtica.
Zarzamora:
ResponderEliminarmuy bueno. Valentía, fuerza, esperanza. Ave Féniz.
Un fuerte abrazo.
Salu2 admiratifs.