Empieza el día con cara de raro.
Suspira y me hace carantoñas, llega como medio remolón para quitarme el velo de las ilusiones que se cubren de nostalgias.
Suspira y me hace carantoñas, llega como medio remolón para quitarme el velo de las ilusiones que se cubren de nostalgias.
Extrait du premier tome de la série « Comanche », d’Hermann et Greg.
LE LOMBARD
Amanece el día raro pero no se nublará.
Hay días así, tapizados de una grisácea escarcha en los que amaneces con el rocío en los labios, las palabras en el rímel y en la nariz unas vocales que brillan con purpurina.
No necesitas colorete porque lo llevas en el dobladillo de la falda, ni siquiera tacones para alzarte y alcanzar esa estrella que ya tienes en las manos.
Son días en los que te atreves a ir a zambullirte a Paris-plage aunque sabes que te puedes volver a romper el pie, días en los que el brillo de las miradas se cruzan y se besan.
Días en los que el recuerdo se hace dulce, y te pones la chupa de cuero y unos vaqueros para subirte a esa moto y abrazarte a esa cintura y escalar hasta lo más alto de la Torre Eiffel entre hospitales y citas médicas varias.
Días en los que sabes que todo será tan sencillo como elegir entre un helado de fresa o chocolate.
Luego vislumbraremos un nuevo sueño, lo destaparemos, lo mimaremos y lo acunaremos en nuestros brazos para que no se nos despierte. Haremos un alto en el camino y comprobaremos que por fin todo está ya en orden. Y borraremos de un plumazo el abecedario completito con todas sus letras, las frases hechas, y nos prenderemos en la solapa esas pequeñas cosas que son las únicas que tienen sentido en esta realidad que nos araña y nos des-cobija. Sabremos entonces que nada es nunca del mismo color al mirar de reojo por el retrovisor, tapizaremos la mañana con una sonrisa y nos abrazaremos a la vida haciendo algo así de sencillo como respirar, o vivir, y nos regalaremos un bostezo enmascarado y nos marearemos en la noria de las horas que dejamos mecidas en el anochecer de una cuna sin cuentos.
Está el día raro y la noche se anuncia con la llegada de unos besos aventureros...
Días muy raros dónde no sabes si alegrarte por sol apenitas asomándose tras las nubes de un gris caluroso o llorar porque los días duran más de lo que puedes hacer con ellos.
ResponderEliminarNo hay más que seguir bailando pegaditos sucumbiendo en los brazos de la nostalgia.
Un abrazo Zarzavaliente
O en brazos ajenos...
Eliminar;)
Un abrazo mi chilanguita linda.
El helado que mas me gusta es el de ron con pasas... :)
ResponderEliminarHemorragia de placer me da leerte... :)
Besos y salud
Ay, pillín, pillín....
Eliminar:))
Atájala pronto, eh? No nos vayas a dar un susto, xagerao!!!
Bss y salú.
Últimamente todos los días son raros.
ResponderEliminarY los que faltan por llegar.
EliminarTe iba a hablar de helados, de días raros, de las playas de Madrid... pero me he tropezado con el final musical... Y me quedé en el sol naciente
ResponderEliminarBss
Hay de qué.
EliminarEsa voz ronca...
Bss.
Me duelen las dientes con el helado y el animo con los dias grises.
ResponderEliminarBesos ay ay ay !!
Allez, ma gitane, arriba, arriba, arribaa!!!
EliminarBises soulagées.
La noche se anuncia bien.
ResponderEliminarNo me parece fácil elegir entre helado de fresa y chocolate (será por ser gallega, quizás), por eso siempre pido una bola de cada.
Eva, me alegra leerte de nuevo. De corazón.
Besos
Vale. No me gustan los helados... je.
ResponderEliminarVa otro de vuelta.
Ya te digo. Y hasta aquí puedo leer ;)
ResponderEliminarY haces muy bien, esa es la actitud.
Lo sé, Alís.
Besos.
Si estarán raros los días que a mí el hecho de ver amanecer ya me parece una hazaña casi insuperable.Antes,el amanecer me traía paz y esperanza en el nuevo día.Ahora lo empiezo a asociar con la palabra supervivencia.¡Seré cenizo!
ResponderEliminarNos sucede a muchos, Joaquín, es culpa de estos días raros, son como una montaña rusa. Besos. Cuídate mucho.
EliminarEstos días son todos muy raros. Abrazos.
ResponderEliminarY los que vendrán, Teresa. Abrazos.
EliminarZarzamora:
ResponderEliminarhay días que auguran males, pero a veces es posible cambiarle el rumbo y dirigirlo a un mejor fin, a una mejor noche.
Así sea siempre.
La música, no sé por qué, me ha llevado a un campo algodonal de los Estados Unidos, con los jornaleros trabajando a destajo y en condiciones terribles.
Caprichos de las asociaciones.
Salu2 américains.
Ojalá sea así. Sí.
ResponderEliminarCaprichos de días raros ;)
Bizz parisiennes, murcianico.