Y pasaron los años,
y la vida sola con su sempiterno vaivén, y sin forzarla, jugando al escondite, se ocupó del resto.
Sólo bastaba encontrar la esquina oportuna,
ésa en la que las saetas volasen en mil pedazos
en el callejón de nuestras bocas
haciendo estallar ese beso
que logra detener la monotonía del tiempo
haciendo temblar los adoquines
que creímos muertos.
Tú lo llamaste la magia del azar,
y yo, sonriéndote, al pasear tu lengua en la mía
lo llamé esa vacuna magia que se opera entre tú y yo cada vez que tu mirada, tras mis pupilas, son el espejo en el que puedo todavía reflejarme...
día tras día.
El azar de una mirada me hizo girar el corazón en una noria de latidos; aún hoy se mueve con una fuerza centrífuga que altera mis poros.
ResponderEliminarNo te imaginas como te entiendo.
Un beso.
Entre los adoquines de nuestros callejones reposan las plumas perdidas de aquellos besos que volaron... ¿por azar, por magia?
ResponderEliminarbss, leona mágica.
Me acabo de dar cuenta... ¡hoy coincidimos sobre los adoquines!!!!
ResponderEliminarQué maravilla de música, de letra y de fotogrfía. Te felicito
ResponderEliminarMagnifico como siempre, querida !
ResponderEliminar-Y, la vida se ocupó del resto...Escuchando esta preciosa interpretación con esas voces y sobre todo esa música.El azar: con su jueguito a veces a favor y otras en contra.Pero esa forma de amar es solo única...
ResponderEliminarQue pases una Semana Santa tranquila .
Con olor a incienso y no te olvides de adelantar la hora, fuerte coñazo:)
Que bonitooo. Un abrazo.
ResponderEliminarCaminos
ResponderEliminarBesos
Zarzamora:
ResponderEliminares curioso cómo algunos instantes fugaces quedan en nuestra mente con más fuerza que si hubiesen sido largos momentos.
Curioso.
Salu2 instantanés.