martes, 6 de septiembre de 2022

COMO CADA SEPTIEMBRE...

                         




Cuando llega septiembre, llegas, y llega la vida, ese nuevo año que me envuelve en sus hojas blancas y de castaño, y de remolino de sensaciones que los pupitres y tanto darle a los codos nos han enseñado.

Cuando llega septiembre, se abren los frutos de tu boca en mi piel, se abre la agenda que nos programará los días que tacharemos en el olvido de los calendarios pasados.

Cuando llega septiembre los días caen como hojas, y los paraguas que no hemos usado nunca volarán en las mentiras de la lluvia de quienes no saben mojarse.

Cuando llega septiembre, sentada en ese mismo banco, compartiremos el vino con el clochard de quien nadie se acordó este verano…

Cuando llega septiembre, llega tu boca siempreviva de primaveras.


Y como cada septiembre, me repatean los relojes digitales, la gente impuntual, los pelos en la bañera, las luces que no se apagan, los cobardes, la victimización, las modelos Dior, los insomnios, lo previsible, las botellas vacías en la nevera, las relaciones mal finiquitadas, la terquedad de los finales, los correos que nunca enviaré, los que me llegan con faltas de ortografía, las mujeres desesperadas disfrazadas de hadas, el olor del macho refrito, las puertas con candado, el paso cansado que viste a menudo la ternura, las agujas de los adverbios de tiempo que se clavan en siempres, nuncas y jamases, las taquicardias del amor, la nieve sucia, las lluvias marrones.

                                                                                                   


Y una vez más en septiembre,  detesto prestar libros que no me devuelven y me estaban dedicados, que me miren por la calle, los halagos, tener que llamar la atención, a los que me quieren porque soy su clavo ardiendo, que me regalen los regalos que a alguien no le gustaron, la trampa y el engaño, lo evitable, los juegos sucios, los rastros de comida en los libros,  las flores en los jarrones, una casa sucia, los bares sin cerillas, los licores fuertes con hielo, los viernes despersonalizados, el odio y los perdones, los flechazos con mal tino.





Y es que siempre me ocurre cuando llega septiembre que me cuesta cada vez más planchar, dejar que me pinten las uñas, subirme a los altillos con un plumero cuando sé que pese a mi voluntad he de caerme, salir corriendo y con prisas cuando no lo he decidido, no hablar con un taxista, no sonreírle a la portera, ver los platos en el fregadero, la mancha del zumo de naranja en tu/mi camisa justo antes de salir de casa, hablar con la gente tozuda, ver los uniformes, nadar en la nada, ver migajas en las miradas ajenas y propias.





Y una vez más como cada vez que llega septiembre, detesto mirarme en los espejos de los ascensores, ir de compras, de rebajas,  las sonrisas forzadas, las razones que se escudan tras la hipocresía y la mentira, los desamores y sus pérdidas de sentido, de tiempo, y descontrol, el resabio ácido de la memoria, matar bichos que crujen, que me acusen sin razones, los insectos que se queman en las lámparas, volver a cambiar el microondas y equivocarme en las medidas, que me cambien las cosas de sitio, pelearme con un burócrata, las lágrimas falsas, la imposición de las ideas en las que no creo.





Y como cada vez que llega septiembre, huyo de las mujeres y de los hombres que tienen preparados sus guiones para cazar el futuro sucio caldo de un desengaño, de los cafés aguados, del café de sobre, de los vendedores ambulantes de felicidad y de fe, de los hombres del tiempo, de los juicios por divorcio, de las videntes, del horóscopo, del chantaje emocional y de los manipuladores de sueños, de los notarios, de los abogados, y de las hienas y buitres familiares.





Y así es y me ocurre cada vez que llega septiembre, y  que me  repele  la gente que pone velas,  los que piensan que con su magia negra pueden desorientar mi destino, los agoreros, los fracasados que se mienten y sonríen delante del espejo, la gente con la conciencia tranquila, los bancos sin créditos, los sobres, las tarjetas de plástico, los bombones con rosas premeditadas al pie de mi cama, la jauría del metro, las palabras muertas, los anillos de compromiso, la cola del pan y del paro, los malcriados, el desamor y su decadencia, los que sólo te quieren por tu posición o por sacarte algo, los oportunistas, los que lanzan la piedra y esconden la mano.




Pero bendito seas de por siempre, Septiembre

Ya que como cada septiembre, me llega la hora de ir a buscar el pan caliente, dejarme llevar por las pasiones, soltar la carcajada limpia con la gente que quiero y no necesita forzarse, compartir canciones a pleno pulmón y con un buen tequila, el desayuno con croissants inesperado, el beso intempestivo, los hoteles que llevan nombres anodinos, la ropa secándose al sol, la miel derramada por los dedos y chorreando por la boca, las conversaciones en el bar con los amigos, el olor de los niños, las sorpresas con nombres y apellidos, los aeropuertos que me llevan al calor de tus abrazos,





los correos con flores y soles, las palabras que resucitan muertos,  las miradas limpias y sin trampas, las trombas de agua fresca, la buena literatura sin falsos poetas, tu región primitiva cuando navega en mis caderas, y tu lengua ávida de complicidad y nuestro deseo de no ser siempre los mismos sin dejar de perder la esencia que nos permitió olernos un día, volar juntos...





las fuentes con agua, el día nublado por un tibio sol, las palmas de nuestras manos y nuestras bocas reclamando paz y justicia como una línea de vida, o que sortean lunas bajo el puente de Triana o el Pont des Arts, los ángeles que llaman a mi puerta, la gente sencilla, el pan y el vino, el mar y la nada, los días que pasan construyendo mi vida, el día que me conocí a ti, y a todos aquellos yos en los que volví a resucitarme, como cada septiembre...

Como en cada septiembre,
y como en cada septiembre, 
y de la mano, 
sonriendo,
diciéndole adiós al verano...
;)


Y guardando todos nuestros sueños...



16 comentarios:

  1. El mundo nace cada septiembre vestido con ojos de esperanza.

    Me emocionó tu entrada.

    Un beso.

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  2. Mis septiembres son más anodinos pero un día fueron un poco parecidos a los que describes... y aunque no fuera así, tu prosa embriagadora arrastra a esa realidad si no vivida, sí sentida. Ya sé que me repito...pero... ¡¡cómo escribes!! No te mueras nunca, pero si alguna vez lo haces, deja todo lo que has escrito para que en el futuro se sepa cómo escribían los grandes, los que sabían.

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    1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  3. Bendito septiembre. Genial explicación de lo que es inicio de curso.....

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  4. Zarzamora:
    se ve que septiembre evoca en ti un sinfín de sensaciones buenas y malas. Espero que este septiembre sea mejor que los anteriores y no te encuentres con todos esos indeseables que nombras. Que las hojas te acaricien, que la lluvia haga brotar nuevas ideas, que las carcajadas sean más limpias que nunca, que el tequila sepa mejor, que los alumnos tengan ganas de estudiar...
    Bonita canción.
    Salu2 septembriers.

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  5. ¿Sabes que nos parecemos mucho?, ¡claro!, se me olvidaba que éramos primas,
    ¡Qué bueno Fito...!

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  6. Siempre me encanta. Besos y abrazos.

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  7. Impactado te confirmo que aquí también los septiembres son muy así... Abrazos -extrañaba leerte- y más abrazos.

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  8. Très heureuse rentrée.
    Abrazo.

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  9. Lindo poema septiembre es un genial mes. Te mando un beso. Enamorada de las letras

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  10. Septiembre, despidiendo la última Luna de verano y el equinoccio de otoño llamando a la puerta...:))
    Septiembre te saca lo mejor de esos sentimientos, ese retornar a la vida cotidiana con sus contratiempos pero es la vida esa rutina y, comparto contigo me dan tres puñaladas traperas la gente falsa lo demás se soporta:(
    Besos mi querida guerrera

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  11. Septiembre es el mejor mes. A por él. Besos.

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  12. Me gustan tus septiembres con todo lo bueno y lo malo que decís. Que feo esos cafés aguados ja.

    Besos para vos y vivamoslo entonces...

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  13. Me gusta septiembre porque trae la primavera
    y bandadas de loros, cantando su alegria

    Besos

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  14. Me ha gustado mucho esta pequeña narración. El valor de estar vivo, la vida, sea septiembre o enero... precioso post.
    Saludos

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  15. Ay! septiembre... cada vez me cuesta más. (Me estoy pensando lo de tu plan... jajaja )
    Besitos.

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