¡QUÉ BUENO QUE NO SEAS POETA!

 

 ... ya que cada vez que me abrazas, es dejar atrás lo insípido  de los sueños cobardes.

                                                  Y en cada despedida, ver nevar de sangre a Primavera.

                                                                          

Qué bueno que no seas poeta, y que así mis torpes versos no te duelan.

Ni que mis palabras, cuando rimen, te hieran.

Que me pongo moñas, ya lo sé cariño mío, que a ti esta jerga te la pela, y es que le haría un guiño a tus gemelos, vestiría de margaritas tu corbata, daría saltitos por tu entrecejo para borrarte esa arruguita que se te forma cuando te digo que no, que no puedo , para que me perdones; y luego te rezaría un rosario de nubes al caer la tarde, que ya sabes que el te quiero se me queda corto, y que sin tus manos, le falta la í a la Poesía,  que no, que no lloro, que las lágrimas están de fiesta, y la luna se ha puesto su  minifalda, que te dejo mi sonrisa en el ojal de tu boca, que ya sabes, que de amarte hasta me duelen las venas por las que te verso, y que ya es primavera;  y que mi orilla, tu Mar inquieto ya enloquecida, besa. 

                                       Y... espérame ahí, lejos, donde te quede cerca.

                             Si a fin de cuentas, todo fue culpa del Cha-cha-chá... ¡¡Aynss!!