sábado, 15 de abril de 2023

FRESA Y LIMÓN

 Está el tiempo raro, enrarizado, extraño. Quiere llover y no puede... quiere querer, pero todo encapotado y cabreado no acababa por llorar.







Empezó el día raro.
Suspiró y me hizo carantoñas, llegó medio remolón y pachorro, como para quitarme la morriña de las ilusiones que se cubren de nostalgias.


Amaneció y el día siguió raro.

Hay días así, escarchados, en los que amaneces con el rocío en los labios, las palabras en el rímel y en la nariz unas vocales que brillan con purpurina.
No necesitas colorete porque lo llevas en el dobladillo de la falda, ni siquiera tacones para alzarte y alcanzar esa estrella que ya tienes en las manos.
Son días en los que te atreves a patinar aunque sabes que te puedes volver a romper el pie, en los que el brillo de las miradas se cruzan y se besan.
Días en los que el recuerdo se hace dulce,  y te pones la chupa de cuero y unos vaqueros para  subirte a esa moto y abrazarte a esa cintura y escalar hasta lo más alto de la Torre Eiffel entre hospitales y citas médicas.
En los que sabes que todo será tan sencillo como elegir  entre un helado de fresa o de limón ( no soy de chocolate...).




Luego vislumbras  un nuevo sueño, lo destapas, lo mimas y lo acunas en los brazos para que no se nos despierte. Haces un alto en el camino y compruebas que por fin todo está ya en orden. Y borras de un plumazo el abecedario completito con todas sus letras, las frases hechas, y te prendes en la solapa  esas pequeñas cosas que son las únicas que tienen sentido en esta realidad que nos araña y nos cobija. Sabes entonces que nada es nunca del mismo color al mirar de reojo por el retrovisor,  tapizas la mañana con una sonrisa y te abrazas a la vida haciendo algo así de sencillo como respirar, o vivir, y te regalas un bostezo  y te mareas mientras en el estómago oyes batir unas alas, y sientes esas sensaciones que algunos poetas locos llaman mariposas, pero que sólo son un hambre de esperanzas lleno, o el apéro de la salida del metro tras miles de movidas cotidianas por contarnos con los Kafkaiens- mis gays, guays- en el Marais donde ayer nos unimos a la jarana.

Está el día raro pero este tímido atardecer nos hace un guiño de vez en cuando al viento y a mí, que abrazados, esperamos que en el letargo de esta quietud, estalle la tormenta. Mientras, un tibio y aquel viejo y tímido sol nos "orgasmea" la tarde, que a punto de acostarse, nos arrastrará al antro de siempre donde mi voz perderá alguna lentejuela más, pero es que ya, y va, dejé de contarlas...








13 comentarios:

  1. Así es...hay días tan raros y difíciles que lo único que nos queda es vivir y comer un helado...
    Qué relato tan sinestésico y bonito...yo tampoco quiero que se despierten mis sueños no sea que se cumplan y no los pueda acunar en los días raros...
    Besos de finde ,Eva

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    1. Es una excelente opción.
      Besos de inicio de semana, Bertha. Y que se nos porte bien.

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  2. El fin de semana transcurre de un modo raro. Perdí las llaves de la moto. Una nebulosa insípida cubre mi mente. No recuerdo el nombre de las calles.. Hay una luz intermitente en el horizonte. Quizás mañana luzca el sol, o determine el hombre del tiempo que predominarán nubes y claros.

    Preciosa entrada.

    Eres única.

    Un beso.

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    1. Gracias Ilduara.
      Hay días así, que empiezan fatal, y terminan mejor ;)

      Un beso

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  3. Así es, hay días de todo tipo e incluso existen días en los que ríes y lloras a la vez, gritas y callas, amas y amas y sigues amando...

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  4. Mil calles llevan hacia ti, en esos días raros. Mi "ti" es la montaña, allí no hay fronteras ni reproches ni rutinas. Pero, hélas, luego hay que bajar donde siempre.

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  5. Zarzamora:
    pese a que el día no presagiaba cosas buenas, has sabido exprimirle todo el jugo y te ha inspirado. ¡A la vista está!
    Bonita canción. Han actualizado lo de "todos los caminos llevan a Roma".
    Salu2 romains.

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    1. Ya te digo, no nos queda otra, murcianico.
      Bises parisiennes.

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  6. Aviso para esa persona multifacética y poliédrica que se pasa por aquí para jenesaisquoi.
    No hace falta que se pase, nunca me molestaría en visitar sus múltiples blogs, pero el día que le dedique una entrada creo que no va a ser de su agrado.
    Siempre lo he dicho, si no me han atacado antes, no suelo tocarle las palmas a nadie.
    Así que por favor, y es la última vez que se lo digo a buenas, deje de importunar.

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  7. Esos días tan raros en los que una es consciente de cuánto a cambiado todo y esa voz en off no calla ni bajo el agua. Haces bien en salir, cantar, bailar y reír... y después contarnos aquí. Me acabo de tomar una copa contigo mientras te leía.
    ❤🌹
    Beso enorme, bonita.

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Rebeldes que dejaron su zarzamora