Ni olvido ni perdón
Reposición
Me diste la fuerza, el alma, la incredulidad y el aliento, la fuerza- insisto-, y el desgarro.
La libertad sin castigos, las alas, el cimiento, la soledad y la instrospección.
El latido, la rebeldía, la copla y el pasodoble, la rumba y el rock, el fútbol, la vida, la humildad cubierta de arrogancia, las astas sangrantes de un toro, el desparpajo, la cultura, mi francés, el italiano y el catalán a deshoras, la guitarra sin solfeos, el piano a medias, la literatura y mis sueños, Roma, París, México y los viajes que nunca me prohibiste.
La libertad sin castigos, las alas, el cimiento, la soledad y la instrospección.
El latido, la rebeldía, la copla y el pasodoble, la rumba y el rock, el fútbol, la vida, la humildad cubierta de arrogancia, las astas sangrantes de un toro, el desparpajo, la cultura, mi francés, el italiano y el catalán a deshoras, la guitarra sin solfeos, el piano a medias, la literatura y mis sueños, Roma, París, México y los viajes que nunca me prohibiste.
Me diste un yo cargado de futuro y de presente prometiéndote no olvidar jamás el pasado del que llegamos.
Quijotes desprendidos de un árbol cargado de realidades.
Sin golpes, y siempre cómplices de gacetillas y de radio. De celtas cortos fumados a escondidas, de canciones cantadas a deshoras.
Padre y Yayo.
Hoy ya sin vosotros ese pan que me como no me sabe a nada cada día.
Padre y Yayo.
Hoy ya sin vosotros ese pan que me como no me sabe a nada cada día.
Hay que seguir en la esperanza.
ResponderEliminarY en eso seguimos... resignarse nunca fue la opción.
EliminarVamos todavía y más cada vez...
ResponderEliminarAbrazo hasta vos.
No sé yo, Carlos...
EliminarAbrazo hacia allá.
Gracias a ambos, y cerramos post.