lunes, 15 de mayo de 2023

NI TAN LOKOS. ¡SANTA LOKURA!

 Me desperté escribiéndote versos, y abriéndole todas las jaulas de mi cabeza a nuestros perros verdes, 



como una peregrina sin Camino de Santiago, como esa ola, que esculpida  en la orilla le pregunta al Mar  así en plan chulo y con los brazos en jarras, toa puesta: qué, ¿te atreves/me atrevo y nos fundimos en la espuma de esta, nuestra arena?

Y es que hoy me contaron que llovía en la punta de la Tour Eiffel, y unos guijarros se atrevieron a salir solos por el caminito que subía a la ermita de Montmartre bailando una jota aragonesa mientras varios pingüinos los aplaudían - a los guijarros- entusiasmados cerca de Nebraska.

Sin que tú ni nadie lo sepa, hay días, mi niño, que estoy, pero no estoy, y me hablas y me duelen las manos de acariciarte.  Debe ser la lluvia primavera-invernal, que sin quererlo, rebelde ella, me va levantando las escamas de la piel como a los peces los pecadores, cansados con sus cuchillos oxidados de limpiar locos salmones que se hacen los suecos en Noruega.

Y no, no me llores, mi alma,  que perdí el pañuelo que ahoga y seca consuelos cerca de una acera saliendo de un dancing con los neones apagados. 

Que ni el Rocío tendría bastantes caballos para que se me quiten hoy todas las ganas que te tengo, ay,  de galopar por los senderos de tu piel, sin bridas,  que el agua sabe a na cuando nos arruga la piel sin el champú verdoso de la esperanza. 

Que llueve y se avecina tormenta, y le devuelvo París a Cortázar, y lo alboroto, le pinto un Big-Ben-Bang abrazado a una pasión turca, o brasileira,  y nos disfrazamos de romanos con túnicas griegas y hasta me coloco un turbante estilo odalisca y colocamos el resultado de este cuadro abstracto en el Louvre como dos ladrones que jamás leyeron código alguno, porque bien saben que jamás leerán ningún  best-seller, ni un tal Código de Da Vinci .    

Tú verás, dulce alma de mi cántaro.

Yo veré.

Llo-veremos, 

y

ya-veremos.

Mientras...
va
un beso con cara de triple, como un buen tequila...








Que sí, que hoy no ando muy cuerda, ni floja, ni en la cuerda tensa, ando funámbula... en una cuerda que se  presta, que nos baila los pies, y por ella pie tras pie, camino-amo, -de puntillas-  como por esos días en los que estoy pero no estoy.

Y es que vivo sin vivir en mí como el Santo y... la Santa, en éxtasis infinitos pero por cualquier galaxia donde los palmeros nos marquen por bulerías cualquier destino:

 Las Coplas del alma. ( clic en enlace si eso, y pa curisosones).


Y qué más dará donde estemos, -dice esa otra loca que me habla, mientras shissttt le contesto- mientras no necesitemos cebollas malvas de las que pican para hacernos llorar.

Y es que..., ¿acaso importa tanto lo importante? 
Paremos esa calesa, y cántame desafinado, bailemos después un pasodoble en la Contrescarpe a ritmo de acordeón. 

Desafinémosle a la vida...

Que sí, que estamos cuerdos cariño, que sí, que te lo digo yo. 

Son esos lokos los que no entienden, y nos miran mal.

Vete, acércate, acércate y vete, vete y de cerquita comámonos la oreja, 



   

      y luego si eso,  nos devoramos a bocaos, ya vamos viendo...










un beso de lunes para todos los que paséis por aquí.
;)

21 comentarios:

  1. Eso, plantarle cara a la vida, que por muy torcidos que salgan los reglones,vale la pena vivirla...
    Otro beso lunero de vuelta estimada,Eva



    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y tanto...
      Hoy te lo devuelvo lunero también, querida Bertha.

      Eliminar
  2. Montones de besos para ti.

    ResponderEliminar
  3. Una locura apasionada que da cordura a los sentidos, una enajenación sensata que desata la piel bajo una lluvia de besos. Tórrida primavera en la que hierven los poros mientras graniza traspasando la frontera de la piel y provocando el encuentro del alma.

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Toda una declaración de jovial y delicado ornamento a los sentidos.
      Un beso.

      Eliminar
  4. Zarzamora:
    también me pasa, que hay días que estoy y no estoy. Ahora mismo me siento así.
    Buen texto, como siempre. Tan sugerente.
    Dalu2 fous.

    Diego M.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Diego, estamos que no estamos... sí.
      Gracias.
      Bises dingues, murcianico.

      Eliminar
  5. Quizá, con los tornillos que nos faltan, podríamos montar una ferretería. :))

    ResponderEliminar
  6. No creo que ni los torrentes más grandes de lluvia aplaquen tanta locura, y menos si hay tequila de por medio. Besos mi Cantaora!!!

    ResponderEliminar
  7. Sea tuyo o suyo el tornillo, no se te ocurra re-atornillarte(se)lo de nuevo. Desatornillaos estamos mucho más vivos, más creativos, más "salaos".

    ResponderEliminar
  8. ¡A galopar y a perder todos los tornillos!

    ResponderEliminar
  9. El mundo, la vida… es pa los lokos. Y los cuerdos… ni saborean lo bueno, ni se enteran de ná… ni pasan por aquí (delicias que se pierden, ea…). GRACIAS desde este sur que sonríe entre buenos libros ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso... que estamos lokos pero sabemo lo que queremo.... los cuerdos se lo pierden... GRACIAS a ti, mi dj preferido.

      Eliminar
  10. Zarzamora:
    casi todos los días me encuentro algún tornillo por la calle. Pregunto pero nadie se vuelve a decir que es suyo. Los meto en mis bolsillos y los guardo, por si acaso...
    Salu2 bricoleurs.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Je, je. Guárdalos, dentro de poco serán un bien preciado;)
      Bises marteau, murcianico.

      Eliminar
  11. Bendita lokura la tuya (y que sea vuestra)... si todas fuesen como la tuya sería maravilloso.

    Besitos amore.

    ResponderEliminar

Rebeldes que dejaron su zarzamora