Ayer hubo saca, y se llevaron a Justo y a diez más, entre ellos a mí. Los fusilaron a todos, pero no me mataron.
Pensé que estaba muerto. Sólo ese líquido caliente que chorreaba por mis muslos, y las risotadas del Sargento Sotomayor me devolvieron al mundo de los vivos con la esperanza de saberme muerto.
En ese segundo en el que me besó la muerte, sólo pude pensar en usted, madre. En el sufrimiento que le estoy haciendo padecer. Cuando la veo salir corriendo y cargada de esperanza intentando convencer a la gente del pueblo para que cambien sus testimonios, siento gran tristeza al pensarla rebajarse ante los que ahora llevan las riendas. Usted cree que son cosas de Dios y del destino, pero si estoy condenado a muerte es porque los hombres y su falsa justicia no nos han dado la oportunidad de defendernos. Usted no sabe, madre, que estamos hacinados como alimañas, que nos divertimos contándonos los piojos y dándoles los nombres de nuestros verdugos. Yo sé que me disparará el Tuerto para acabar de reventarme por dentro con varios disparos. El muy chapucero me la tiene jurada.
Esta noche sé que me llevarán a capilla, y me darán la última oportunidad de escribirles.
A pesar de acostarse con mi compañera, y en casa de usted, madre, aprovechando mi encierro, de haberme denunciado, y de echarme los perros para que me despedazaran a dentelladas tras haberme dado por muerto en aquel bosque donde nos refugiábamos, si sobreviví ha sido sólo para poder escribirle esto:
“Mi sangre roja, también corre por tus venas, Caín”.
Este texto es una reposición ya publicada aquí en 2013 y fue el origen de un largo proyecto iniciado en 2010, y que espero/esperamos pueda por fin ver ya la luz en 2024.
Sobrecoge el alma tu entrada de hoy.
ResponderEliminarPienso en mi abuelo fusilado en Boisaca., en mi abuela viuda a los 26 años con cuatro hijos, el menor de quince días, en los varios saqueos a la casa, en el dolor que hacía enloquecer, en la hambruna, en el ver el reloj de mi abuelo en la mano de uno de sus asesinos.
Mi abuelo estuvo siempre en la memoria, fue un ser vivo. Tengo fijada la cara de mi padre cuando a los siete años le pregunté en que bando luchara el abuelo. En el de los buenos me contestó y lo convirtió a mis ojos en un héroe.
Sus hijos sufrieron la represión franquista, pero mi abuela le inculcó los valores de mi abuelo, fue modelo de tres generaciones de mi familia. Su pensamiento sigue vigente.
No olvido ni perdono, que perdone Dios que tiene tiempo, desde el séptimo día descansó y no volvió a dar palo al agua permitiendo injusticias, dolor y muerte.
Un beso.
Gracias por tu aporte y testimonio Ilduara. Fueron miles... y la mayoría cayeron en el anonimato y el olvido. Y ahora se habla y amenaza con volver a tapar la reciente ley de Memoria Democrática, zanjar el asunto y otro paso más hacia atrás.... y a la fiscal recién nombrada para llevar este peso de Estado, Dolores Delgado, ya veremos cuántos telediarios le quedan. Dan ganas de llorar de rabia e impotencia.
Eliminar¿Olvidar, perdonar? Que los perdone Dios que pa eso está.
Un beso, linda.
Zarzamora:
ResponderEliminarRealmente estremecedor.
Sólo a un muerto o a un malasombra no se le removerían las entrañas.
Ojalá salga a la luz ese proyecto.
Ánimo, Zarzamora.
Salu2 émus.
Diego Morales.
Pues haylos, querido Diego, y más de uno, y sin contar sus cachorros...
EliminarNo se les removieron, no, y siguieron y siguen sumando.
Ojalá, ya son muchos años, pero es que cada vez surgen testimonios nuevos, se lía la historia, y se riza el rizo como en el cuento de nunca acabar.
Gracias, murcianico.
Bises ccourage, Diego.
Se me ha puesto el vello de punta, se parte el alma al leerlo.
ResponderEliminarNo sé de qué va ese proyecto pero ¡OJALÁ! vea la luz.
Siempre contigo, prima.
Y tan real y cruel fue como la vida misma.
EliminarOjalá que ya son años.
Gracias, linda.
Y lo llamaron Transición cuando fue continuismo. Supongo que a estas alturas, salvo acólitos, ya no engañan a nadie. Espero que el proyecto salga a luz y llegue lejos.
ResponderEliminarAún engañan, aún... y más viendo el panorama y la que se avecina. Gracias, Cabrónidas.
EliminarLos fachos, franquistas, nazis, neonazis siempre queriendo apagar el fuego de Lorca pero siempre son chamuzcados por su Verde que te quiero verde. Fueron miles que llegaron por acá a este continente luego de la victoria del fascismo en España, miles que reverdecieron en nuevas luchas que hasta el presente se siguen librando, imposible apagar el fuego de Lorca. Besos mi Cantaora!!!
ResponderEliminarAsí es, hay un libro excelente de Jordi Soler Los rojos de ultramar que relata el exilio en México. Te gustará.
EliminarImposible!!
Besos mi Caribe!!!
Escalofríos siento. Un abrazo.
ResponderEliminarY yo. Un abrazo, Teresa.
EliminarQue impotencia,; nunca mejor dicho que una imagen vale más que cien palabras y más cuando llevan tanta sangre derramada...
ResponderEliminarMalditas ideologías, nunca acaban de encajar en ningún puzle...
Un abrazo de domingo estimada,Eva
Impotencia e impunidad.
EliminarEl dogmatismo de cualquier índole no trae nada bueno.
Un beso lunero, estimada Bertha.
Terrible.
ResponderEliminarSin palabras.
EliminarSuper są twoje wpisy. Podziwiam nieustannie za kreatywność :)
ResponderEliminarកីឡាបាល់ទាត់អនឡាញ
Ojalá ese proyecto llegue a buen puerto y pueda verlo. ¿me cuentas algo más?
ResponderEliminarA la entrada poco puedo aportar, no he vivido lo suficiente y desconozco el tema que tratas, más allá de lo estudiado en mis tiempos mozos... y que seguro, en los libros, no alcanza el horror que se vivió en aquella época.
Ya no me quedan abuelos que me puedan contar, a los que poder escuchar, pero nunca nos quitarán la Historia, eso no podrán.
¿Estás bien? Cuéntame...
Besitos amor.
❤
Algo, mucho, de eso hubo.
ResponderEliminarYa te contaré x2 ;)
ResponderEliminarPor suerte, o por desgracia, la Historia sigue aullando en las fosas.
Besitos, Laura.
He leído tanto, he oído tanto de boca de mis padres y abuelos sobre esto, que cualquier testimonio como el que nos dejas aquí me resulta tan familiar que es como si fuera propio. Desde bien chico he sufrido por estas cosas sin haberlas conocido,supongo que es porque ya nací así,hipersensible a las injusticias.
ResponderEliminarAbrazo Eva.
Algo similar me ocurre... imposible cerrar los ojos o no querer ver ni saber ante tanta ignonimia.
EliminarEstamos trabajando en ello :))
Abrazo, Joaquín.