A veces la escritura se baña de púrpura y de lunares.
A veces la llama de la incertidumbre se apaga con una lágrima certera, si apunta bien al fuego del abismo.
A veces tu mirada no me basta y necesito de esos otros ojos que me buscan. A veces los rascacielos ocultan las ramas de tus brazos que me arraigan a la savia de la raíz a la que pertenezco... onírica...
A veces los libros suenan a letras cuando el lector de tus labios pronuncia un hipérbaton en la lengua herida de este marcapáginas que no encuentra la línea aquella que a fuerza de perderse en las estanterías, nos escribimos aquel día.
A veces me es imposible llorarme en ti y crecerme bajo esta lluvia pupilácea en ese futuro que le arrancas de cuajo a un pasado, que de tan nuestro, brota semillas en este presente en el que te escribo y ni sé quien soy... mientras nos invento, imagino... esbozo, y aún sin saber quien soy te beso en las lunas de un abril por venir.
A veces el manto de las olas se diluye en nuestro espigón y nos estampa sus realidades.
A veces el discurso de los mendigos nos pide la limosna de todos nuestros te quieros mancos, que bajo manga, dejamos en su manta como un relicario de emociones, a los que los maderos se llevan a sumideros de corruptas ilusiones.
A veces, la palabra, es tan corta, que cuando te digo te quiero, resuena en el pico de las palomas roncas, y en su zureo, tu voz, cuando en la barandilla de mi balcón, llegan aleteando, y torpes en mis labios, indecisas, y trémulos mis recuerdos, éstas, los llenan con tus/mis versos... de sonetos y epílogos volátiles por escribir,
que se llevará el viento en sus alas...
que se llevará el viento en sus alas...
A veces sucede que también me canso de ser mujer, de ser quien fui, he sido, quien seré, y hasta de quien soy.
Como tú, adoro los libros y me hice una experta hablando de sentimientos a través de citas literarias cuando de evitar la censura se trata. Quevedo, Garcilaso, Dante, Lope de Vega, Flaubert, Clarín...siguen vigentes. Los clásicos nunca mueren y menos cuando de amor se habla.
ResponderEliminarUn beso.
Me encanta compartir contigo, y leerte entre líneas...
EliminarUn beso.
Hola Zarza!
ResponderEliminarSe nota que ya casi se les viene encima la primavera. Por aquí seguimos con calor, aunque empezó a amagar un otoño tibiamente.
¿conoces la canción de Los Piojos que se llama "A veces"? Es una de sus primeras canciones, pero cuando leí tu texto le fui poniendo ese ritmo
https://www.youtube.com/watch?v=Tc7qaCttLLw
Besos!
Temazo. En el próximo post leolibrolabio lo cuelgo;)
EliminarGracias, Frodete.
Besos!!
Poder, saber leerlos , también aprender: porque no todo viene escrito, de esas vivencias. que son como cicatrices en la memoria...
ResponderEliminarCada casi primavera :me viene a la memoria esas mujeres que gracias a poder expresarse en letras nos han dejado un buen legado para las que disfrutamos leyéndolas.-Por cierto me regalaron el libro de Basura de Sylvia Aguilar y me acordé de tu participación en esa lectura...
Si estas en puertas de editar algún libro :me encantaría disfrutarlo ,sabiendo que eres una buena conocedora y una gran disfrutona y eso se nota mucho en tus entradas...estimada Eva.
Un abrazo o apapachado de casi-primavera
Hay cicatrices que permanecen en la piel... y la Memoria es quien debe y su papel consiste en transcribirlas y transmitirlas.
EliminarTe hago un guiño, promesa!!
Un abrazo, mi querida Bertha.
Disculpa mi retraso, voy llegando.
Está claro que tus palabras no se quedaron mucho, porque dicen mucho, describen muchas emociones en esta prosa poética tan inspirada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Demi. Voy llegando.
EliminarAbrazote!
"et s'en aller...", como el globo-corazón de Banksy.
ResponderEliminarEl mismo corazón con el que has escrito este texto.
N'allez pas trop loin, Madreselva :)
Un beso.
Je reste tout près, mon cher ami, je ne pars pas... je lâche... :))
EliminarEt merci, pour votre loyauté.
Un baiser.
Y cerramos post.
ResponderEliminarGracias por vuestro paso y vuestra huella, pese a ser una comentarista muy díscola ;)
Voy leyéndolos.