sábado, 4 de mayo de 2024

UNA DE CHINOS

Creo que somos unos cuantos en tener eso que llaman imán,  y eso que vamos a la nuestra y sin hacernos mucho de notar, pero bueno, es la cara de buena gente, por no decir de gilipollas que tenemos.





                                                                                                     Pucca no es china...


Por lo que, un buen día salgo del metro, y me coge por banda un viejo ancestral chino, (digo esto porque no sé qué edad tendría), y me abraza, yo me quedo con los brazos descolgados, sin saber qué hacer, mirando a todos lados, ¿dónde estará la cámara indiscreta? y empieza a llorar, un viejito enternecedor, él, y hablándome en chino (nunca mejor dicho) y llora que te llora.

Se me pone de rodillas, sigue hablándome en chino, a mí que en chino sólo sé decir: China es grande, Japón es pequeño,  Todos los chinos beben té , y Yo también bebo cerveza (la primera lección), se lo suelto, con una pronunciación, olé olé...  y me lleva a un bar,  justo el de al lado de la salida del metro donde me encontró.  
Hasta ahí llega el poco chino que sé con el principio del himno chino pero no me iba a poner a cantar en plena calle en plan solemne y a las 3 de la tarde, por lo que me atreví a pensar que igual fue por lo del té o la cerveza que pronuncié bien. o por ese cariño especial que le tienen los chinos a los japoneses, no sé. 
Sigo. 
Sentados ya, me mira, (mucho) lo miro (de soslayo), me sigue mirando pero mucho (insistente y perforador) yo pido dos tés chinos porque estoy con un chino, de no haber sido así hubiese pedido un té moruno que me gustan más,  y en eso que empieza a llorar otra vez. Llega el camata, y yo,  mire Ud, esto no es lo que parece, que me lo encontré en la salida del metro, y el viejito chino llora que te llora. Se quita la chaqueta, y le pregunto en la lengua de Molière cómo se llama, dónde vive, dónde trabaja... (sin intención alguna de llevármelo al huerto) y sigue llorando. Ya me digo, Eva, este señor, está perdido, (borracho y de petas no iba) y como en París no faltan chinos, a cada chino que veía pasar lo paraba, para que nos sirvieran de traductores. Pero jatetú cómo era el ancianito que no todos los chinos eran de su confianza, (porque igual no eran chinos), y por fin le cayó bien una chinita, y pude saber que se había perdido. Le pregunté si tenía algún teléfono, cartera, dirección, y la chinita chinchenjutinsja, total que me da su chaqueta el chino y le digo a la chinita, oye, eres testigo de que no le voy a robar nada, es para ver si hay algo de documentación y llamar a la familia (quien avisa mejor por los tiempos corren, y evita-peligros) . Y sí, encontramos una carterita con muchos nombres chinos y números al lado. La chinita se despidió porque tenía muchísima prisa, y me dejó con el marrón.  Empiezo a llamar al primero, y me hablan en chino, cuelgo, y voy por el segundo, y así hasta que por fín oigo un Allooooo??? Ohhh!!! y les cuento que me he encontrado a un anciano chino, y si no se les habrá perdido a alguien de la familia por casualidad. La voz del chino desde el otro lado del auricular lloraba, sí, sí, es mi abuelo, (vaya por Dios pensé yo, cómo podéis perder al abuelo con los que sois, ya os vale, eh?), y me piden la dirección en la que estamos el abuelo y yo para venir a buscarlo. Tardaron, nos tomamos un par de tés más, ya el tercero con sus pastitas y todo,  y llegó la familia al completo. Si el abuelo me había abrazado llorando ni te cuento el recibimiento de la familia al completo, todo eran lloros, y risas, y abrazos. Total que les devolví a su viejito que se les escapaba cada dos por tres por el Alzheimer y le daba por coger el tren y venir a París y bajarse donde le parecía. Me pidieron mi dirección y se la di. A los dos o tres días llegó uno de ellos con mogollón de cositas chinas, hasta un pijama de la Hello Kity, (yo no me atreví a decirles que era más de Puka) y ahí no quedó todo, ya que desde aquel día me mandan tarjetas para felicitarme las fiestas chinas y francesas. Unos amoles. 

Y vosotros-as-es, 
por favor, portaos bien, y no os perdáis. No me seáis aventureros sin brújulas ;) 




25 comentarios:

  1. Me he imaginado la escena y me he inflado de reír, aunque no sea la cosa para reírse-
    Pobres...! están tan agradecidos que no les queda por mandarte , nada más que ese muñeco que sube el brazo y lo baja constantemente.

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  2. Me alegra que te sigan pasando cosas de esas... Besos y salud

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  3. Pobre anciano.

    Tu relato emana ternura. No me extraña que esa familia agradezca tu gesto.

    Un beso.

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    1. Suelen ser muy agradecidos en estos casos, según parece.
      Un beso.

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  4. Uy Eva, si algún día me pierdo espero que me encuentres tú, me sentiré protegida.

    Abrazos.

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  5. Cosas que pasan cuando sales a la calle, por eso cada vez me quedo más y más adentro. Total, que pocos notan la diferencia.
    Bien narrado.

    Saludos,
    J.

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    1. Salgo menos que antes, pero si salgo fijo que me cae algo ;))
      Gracias.
      Saludos.

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  6. Tienes imán por tu carisma y ahí se ve y ellos gente agradecida...
    Me he reído cómo solucionas las circunstancias con tus actitudes eres rebelde pero con un gran ❤.
    Eva, iba a desearte feliz día de la madre,pero no coinciden las fechas...

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    1. Mucho.
      No lo podía dejar allí solo y abandonado de la mano de Dios...
      Un abrazo, Bertha.

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  7. Algo vio en ti el chino, Zarza, algo vio en ti...

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    1. Fijo mi cara de "BAKA" que dirían los japoneses :)

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  8. ¡Qué manía tiene la gente perdida con que la devuelvan a sus casas...! :)

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    1. Eso digo yo, me lo tenía que haber quedado para mí...! :)

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  9. Tu aventura fue de pocas pocas pero poquísimas pulgas. Divertida con los chinitos y su viejito perdido.

    Un abrazo

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    1. Pero fue intensa. Divertida sólo al final, Flor.
      Un abrazo.

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  10. Te vio cara de buena persona. ¡Pobre señor! El Alzheimer no respeta ni a los ancianitos chinos. Pánico tengo de que un día cualquiera se apodere de mí y no me suelte, me refiero al alemán no al chino, es triste llegar a viejo y encima sin recuerdos.
    Un abrazo.

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  11. Tiene de dulce y agraz esta anécdota, el viejito fue encontrado y ayudado, esta vez por ti, ¿pero cuántas veces más le va a volver a pasar lo mismo? Espero equivocarme, total, soy casi experto fallando. Tú hiciste la buena acción del día y confío (y sé que hago bien en confiar), en que hay más zarzamoras por ahí salvándole el día a otros cuando les toque salir de un apuro.
    Va un abrazo.

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  12. Zarzamora:
    ¡qué cosas te pasan! Me ha recordado vagamente la película de Clint Eastwood, "Gran torino", cuando los vecinos asiáticos, agradecidos, empiezan a llevarle comida y a hacerle reverencias.
    Si es que eres muy buena persona.
    Salu2 orientaux.
    Bonita música la de Chambao. Les perdí la pista.

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  13. Hola, Zarzamora.
    Lo que contás me recuerda a la película Un cuento chino, protagonizada por Ricardo Darín,
    Por si no la viste, te dejo la reseña.

    https://es.wikipedia.org/wiki/Un_cuento_chino

    Justo te tocó a vos, enfrentar esa situación, tener que ser empática. Y recurrir a lo que sabés de chino. Y pasar a buscar interpretes.
    Estuviste muy sagaz hasta encontrar telefónicamente a los familiares de ese ancestral chino.
    No ser aventureros sin brujula. Es un buen consejo.
    Un abrazo.

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  14. Madleselva lebelde tenel glande colazón. En Barcelona no tendría problema, le bastaría con entrar en el primer bar que encontrara (la mayoría están llevados por chinos).


    Bss, leona de Beijin

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Rebeldes que dejaron su zarzamora