Abrí el libro de tu cuerpo,
y página a página
hojeando tu abecedario,
y alterando la sintaxis
de nuestros cuerpos,
bajo aquel
marcapáginas
enraizamos
en aquella biblioteca
ya olvidada
en la Alejandría de unos versos,
ese nuestro suspiro
de un incunable
deseo.
Que hasta los poetas más descreídos
llamaron
un día hasta en Roma
(y en nuestra piel
metáfora de hipérboles)
Amor.
Vacaciones de mí mismo: Somos levedad.
Exquisitos vocablos los del cuerpo.
ResponderEliminarSaludos.
La levedad del ser... incuestionable.
ResponderEliminarEva te tuve presente de principio a fin en el concierto de NUESTRO POVEDA, maravilloso....
Precioso gif animado para ilustrar la delicadeza de tu poema.
ResponderEliminarTe dejo mis saludos y un abrazote.
Como era tarde para recoger velas, ahí quedaron
ResponderEliminartan leves
como la misma pesantez, esa otra insoslayable. También amor
Ta vaste bibliothèque doit être un enchantement !!!
ResponderEliminarhoja a hoja
ResponderEliminarMagnífico Manolo García.
ResponderEliminarY supongo (ya a mi edad solo cabe suponer) que será increible conocer un cuerpo verso a verso...
No llegó mi comentario.
ResponderEliminarDecía algo así como que hay bibliotecas que, aunque olvidadas, siguen latiendo, mordisco a mordisco, cuerpo a cuerpo.
Un beso.
Preciosa manera de integrar la belleza del libro con la belleza del ser humano.
ResponderEliminarUn saludo :)
leer centímetro a centímetro en la piel amada..
ResponderEliminarBesos.
Libros así son muy instructivos.
ResponderEliminarSalu2, Madreselva.
Seguro se incendió al abrirlo.... Un abrazote.
ResponderEliminarDelicioso, Eva :)
ResponderEliminarUna vez más, te felicito por tu talento.
Besos enormes