lunes, 16 de marzo de 2020

UN BESO MÁS, DE LUNES ;)

Esta entrada, va dedicada a Alís.





Gracias por recordarme, Alís, que era lunes de besos,  ya que desde 2010 nos estamos leyendo, e incluso, nos besamos hasta en directo. Je. 
Todo aquello fecha desde los besos que nos dimos cada lunes en este rinconcito,  y desde que este espacio, dio el tenderete besucón, abierto...

Me hiciste echar marcha atrás, y recordar una infinidad de besos...  que luego vi en mil y un universos.

Pero eso sólo nos hace grandes... y al resto, si cabe, más pequeño.

Aquí va el texto...





Entrada inspirada en ese loco de Kubrick.  la hubiese podido titular el cine y yo VI, pero como es lunes, va también de besos...

Hace tiempo que no lloro fuera de casa, me habré vuelto púdica pero ni siquiera me dejo llevar en los funerales. No vendo ya mis lágrimas, plasma sanguíneo, agujeros negros salados, traviesas gotas de lluvia que corren por el cristal de unas gafas y la geografía de las montañas de mis mejillas hasta verlas caer en cascada desde el labio superior al inferior y hasta incluso engullir algunas, las más atrevidas en la profundidad de mi cueva, y allí, masticarlas, devorarlas, y limpiarles la nostalgia con la lengua.
Las lágrimas como exilio, vano intento de cerrar la puerta a doble cerrojo, para detener el tiempo y dejar de sumar, pasividad en la mirada, sin pupilas que recuerden el olor del viento, el aroma de las nubes y el dolor que como un cáncer se instala en la tentación de romper el pudor de los espejos, del reflejo que en él como en los fotogramas llenos de bostezos, de mordazas, esconde ausencias, falta de nombres que perdieron hasta sus apellidos, desnudando así lo que ni tiene nombre.
Permanecer en esa elegante soberbia, la de no derramarse, es una manera de saberse derrotado, de ahogarse en la contradicción,  de tragarse bajo el agua una susceptibilidad llena de pirañas, hasta henchirse de burbujas para  echarla a las hienas.  Pararse, y mirar desde lo alto de aquel árbol tapizado de otoños  el cansancio de un tiempo que se dilata…
La nostalgia, el arrullo de la emoción que te sube desde el dedo gordo del pie hasta la puntita de la nariz, bah, recuerdos que amañamos, amoldamos y matamos según ese mismo antojo de una cereza en la espalda en tiempo de sabores nonatos, nada. Sólo nos queda tender la voz al sol, y de las pinzas de nuestra boca, dejarla ir a esos Mares de China, y luego escribir el poema maldito bañado en multitud de horas bajo un tequila de esperas,  para que al cabo de un tiempo cuando alguna sirena se lo lleve mar adentro, tras releerlo, nos deje ese resabio de lo que esperamos, que este nada no sea para siempre, que no recordemos ya esas palabras que con aromas nuevos vuelva a hacernos temblar.
Tiempos vendrán en que recuerde tus labios mordisqueándome la oreja izquierda y yo a ti la derecha, tiempos han de ver en qué vereda de tu boca dejé los miedos, en qué lágrima lloramos juntos, en qué cristal se hizo añicos el sentido de la vida.
Y puede que hasta volvamos a temblar, trémulos, bajo una tenue luz que permanece ante la estulticia, barriendo el polvo de esos corazones que solo barren para adentro.

Porque y ahí tienes razón,  es tiempo de Riesgo y altura ;)

Aunque sea desde casa...

y mientras nos siga amaneciendo.

Sonrío.






24 comentarios:

  1. Lunes de besos (os como a las dos...) ❤

    Hace tiempo que no lloro (ni fuera de casa ni dentro) salvo alguna contada vez que alguien "maldito" hace que me emocione y tire por tierra toda mi dureza...
    (el jodido que dirán...)
    Sonrío.
    Beso enorme cosa guapa, de una blandengue confinada)

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  2. Tiempo de riesgo y altura, tú lo has dicho.
    Yo tampoco lloro, creo que la rabia no me deja.
    Cuídate mucho, prima.

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    1. Te dejaste lo principal...
      Los besos!!!
      Un par pa ti, prima.
      Cuídate también y mucho.

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  3. Eva, y como te leo desde casa, sola, lloré (lloro).

    Sólo puedo decirte una cosa: te quiero

    Y una más, gracias.

    Besos bañados en lágrimas y gratitud

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    1. Y yo a ti, Alís.
      Y otra, gracias a ti.
      Besos regados en un abrazo de sana sana, colita de rana :)))

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  4. Benditos corazones que saben barrer bien...
    Besazo, linda!

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  5. Mil besos... Y sonríe y llora, que de todo sentimiento, tu luces bien, con tu autenticidad.

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    1. Llorar, reír, saltar, correr, besar...
      En suma, vivir, sin forzar sentimiento alguno.

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  6. Besos sin fronteras que nos coronen la piel.

    Un beso.

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    1. Van unos cuantos de vuelta...
      Volando van, volando ♪♫♪
      Besos, Ilduara.

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  7. Y asi van los besos, guapa, ahora por las ondas....

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  8. Besos de martes y para toda la semana, sin lágrimas... las gasté hace ya mucho tiempo.
    Enorme abrazo, linda Zarcita.

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    1. Que se queden allá donde las dejaste...
      Enorme abrazo, querida Mire.

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  9. Zarzamora:
    ¡que esa sirena que se ha llevado el poema lo devuelva para que lo leamos todos los demás!
    :)
    Un lunes sin besos de Zarzamora no es lunes ni es ná.
    Gracias y salu2 maritimes.

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    1. Ya te digo, una abusona... je, je.
      :)))
      Habrá que ponerse de nuevo, besos a la obra!!!
      Merci à toi, et bizzz à la mer.

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  10. El tiempo gana todas las batallas, lo queramos o no.

    Saludos,

    J.

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    1. Cronos es así, es un Dios, y caprichoso donde los haya.
      Saludos, J.

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  11. Yo últimamente si que lloro no sé.... será la edad. Besos y abrazos.

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    1. Yo también lloro, salen solas sin pedir permiso... no sé lo que será, pero es.
      Besos y abrazos.

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  12. peliculón Killer´s Kiss, con esa escena entre maniquíes no me la puedo olvidar jamás.
    A partir de ahí el muchacho hizo una carrera impecable.

    buen texto dedicado a los besos, al encierro en casa, y a los próximos amaneceres

    Besooooo asesinoooooo

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  13. La vida nos va secando las lágrimas pero no los sentimientos.
    Llorar, hace bien, y a solas, sin espectadores, más.
    De soles y de estulticias estamos hechos.
    El texto es magnífico.

    Lunes de besos, toda una institución en tu blog :)
    Aunque hay quien pretenda venderlos como suyos en su blog, sabemos quién nos llenó (y llena) los lunes de besos.

    Más besos, Corsaria Rebelde, y a Alís, también.

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Rebeldes que dejaron su zarzamora