Imágenes de Nicola Kloosterman
(me fascina su trabajo, he posteado mucho ya de ella)
Sólo fue una pantomima que necesitábamos recrear uno y otro, y me digo que la fascinación mutua que se ejerce no logró crear un auténtico estado amoroso, ni deseo, ni ganas, ni instinto de posesión. Sí orgullo y celos por tu parte, el miedo al abandono y al rechazo… todo eso sí que estaba presente, pero exento de palabras de amor.
Entonces descubro lo que no creí posible: un sentimiento nuevo, sólido y frágil que me distrae por fin de lo anecdótico de una relación, de los orgasmos mecánicos, de los placeres amargos y de la escapatoria como única salida.
Te miro y escucho tu nombre sin ninguna disonancia y te dejo invadirme y permanezco atemorizada al ver regresar esa bella vulnerabilidad, esa que nace del amor y del miedo a ser amado. Me he dicho que a ese ritmo íbamos a carbonizar el encanto y dejar pasar de lado una historia de amor que merecería algo más de lucidez, que debe de haber en ti tanto sufrimiento como en mí para que la perseverancia aparezca como la única palabra que inunda sin cese cada una de nuestras escapatorias.
Suelo escuchar y observar menos que contar,- escribir sería otra historia- ya que suelo aprender mucho más mirando a los seres vivir que escuchándolos contar sus experiencias. Cuando no me queda otra opción, -como digo- escribo.
En el silencio ensordecedor de esta reflexión, que me señala que el vacío reside en mí, acabo por aceptar con tristeza y sonriente- contra-diciéndome- lo que me dice la conciencia, y entonces convengo con placidez que lo me queda de vida, al ir envejeciendo, tendrá que requerir a partir de ahora un poco más de resignación y de lucidez… pero no.
O igual sí, pues tristeza es lucidez, pero resignación, no.
Que innecesaria es la resignación, y terriblemente vulgar por exquisita.
Y tal vez por eso permanezco inédita, ampulosa, y los más me compadezcan por ello, sin entender jamás que el caudal de la perfección que se me ofreció sólo me sirve como me sirvió y servirá para renegar de él.
Y tal vez por eso permanezco inédita, ampulosa, y los más me compadezcan por ello, sin entender jamás que el caudal de la perfección que se me ofreció sólo me sirve como me sirvió y servirá para renegar de él.
Todo cambia, a veces para bien y otras para mal. Y eso casi que se agradece con fervor así el cambio no sea como tampoco es o fuese o será el esperado.
No sólo envejece el cuerpo sino también lo hacen alma y corazón y las arrugas que nos minan los ojos y la mirada, y las que adornan la comisura de nuestros labios esbozando el gesto de una sonrisa…
ya que es allí…
cuando una (uno) no se resigna a que dos y dos no son “siempre” cuatro y a que los te quiero´s no dichos no son otra cosa que “no te quiero” y ya como una está vieja y grande y/o mayor, y sabe de la vida, - a golpes y a latidos, y/o a desgarro- más de lo que quisiera saber o le hubiese gustado, una se aparta y deja que la vida siga su curso, el que tiene que seguir, y es entonces cuando me digo… (pero sólo a veces shissts, que no circule mi secreto) que va y ocurre el milagro que saca al corazón de la perpetua catalepsia que lo fiscaliza…
Ya que es en ese preciso instante,
cuando las arrugas se borran,
y el tiempo no cuenta
en el embargo
sus latidos
sus latidos
y los susurros abandonan su fielato,
y sus corazas,
y
la Vida…
vuelve.
Y sigue...
Pa mi novio este tema de los Popotitos ;) V-ida y Vuelta.
Esos pequeños milagros...
ResponderEliminarComo cuando te leo y, sea lo que sea que haya pasado en el día, echo un suspiro y sonrío.
Besitos preciosa.
Es bueno suspirar y sonreír...
EliminarBss, linda.
Zarzamora:
ResponderEliminaray, ese milagro que saca el corazón de la catalepsia.
Milagros así deberían darse todos los días, para que no caigamos en la resignación.
Nada mejor para esos momentos que un baile a lo Popotitos.
Salu2 dansables.
La vida nos da sorpresas cada día. Guardemos sólo las buenas, murcianico.
EliminarBizz dansantes Popotitos.
No imaginas lo oportuno que me llega este texto. En qué medida me veo en él y en qué medida quisiera verme (según de qué parte hablemos, je).
ResponderEliminarEl final, y la música, me dejan con el ánimo p´arriba.
Besos, Eva
Y, ¿de qué parte hablas???
EliminarJe.
Besos, Alís.
Milagro, vida :
ResponderEliminar"Lazare levantate y anda"...
Y se levantó y anduvo algún tiempo jodido, pero después andó.
Eliminar:))
Bizz, ma gitane.
La resignación no forma parte de mi sentir, nací para luchar, para levantarme una y otra vez y decir NO cuando mis convicciones así lo determinan. Y si decaigo, la voz de mi abuela se levanta para que yo me levante y siga mi camino.
ResponderEliminarSiempre en pie, siempre.
Un beso.
La resignación es un suicidio cotidiano. H de Balzac.
EliminarUn beso.
Resignación, jamás.
ResponderEliminarAsesina y nos entierra.
Cuando la v-ida nos trae vueltas a la vida, hay que abrir las puertas y dejarse llenar. Ese milagro deshace la escarcha de la vulnerabilidad.
Besos, Corsaria Rebelde.
Ese milagro deshiela cualquier instante pasado.
EliminarBesos, Corsaria Dark.
Esos sentimientos nuevos...
ResponderEliminarBesos.
Y no tan nuevos...
EliminarBesos.
Qué buen texto, de 10. Siempre hay lugar para que vuelva el milagro. Siempre, hasta en el último aliento de vida. Por eso, siempre hay motivos para esperar, para soñar un nuevo escenario y un telón que, por una vez, tan solo se abra, sin volver a cerrarse...
ResponderEliminarLa función tiene que continuar... la temporada que llega ha de ser la de la esperanza.
EliminarAbrazos, Manolo.
Es que los milagros aún son posibles, o eso dicen. Pero ese aún me deja dubitativo. ¿Sí o no? Depende. ¿De qué, de quién? En esencia de ti mismo. ¿Te refieres a mí? No, me refiero a mí. Pues a mí ya me ha pasado. ¿Qué? Ese milagro que dices. Perdona, ¿con quién estás hablando? Contigo. ¿Te conozco? No sé, pero esto que has escrito tiene mucha verdad y me ha gustado.
ResponderEliminarNo sé si lo son o lo serán, así los llaman, pero cuando llega ese momento inesperado, sobrenatural o lo que sea, como no lo pilles al vuelo o te jodiste.
EliminarYo también soy de los que aprenden más viendo que escuchando. Aunque a veces hay palabras y letras que te enseñan más.
ResponderEliminarUn saludo.
Y las dos cosas juntas, la pera!!!
EliminarUn saludo.
Pues esas arruguitas que salen alrededor de los ojos y esas otras que completan las sonrisas... me parecen exquisitas...y me entran ganas de comermelas.
ResponderEliminarCuan expresivas son...
Un bocaito en ellas.
Besos, cosa guapa.
I tant!!
EliminarÑam!
Besos, Laura.
Me sumo a estas páginas cargadas de emociones, arte, cultura y sensibilidad. Saludos asintomáticos.
ResponderEliminarBienvenido, jb.
EliminarSaludos.
el tiempo lo pone todo en su sitio
ResponderEliminarbesos
O no.
Eliminarbesos
¡ Un milagro, que alegría ! Besos.
ResponderEliminarLa alegría, eres tú. Besos.
Eliminarcomo anda señora? vi luz y pasé... besos
ResponderEliminarPues eso, pase ud, caballero...besos
Eliminar¿Cómo volver a intentarlo sin repetirse?
ResponderEliminarSaludos,
J.
Es muy fácil... sin comparaciones de ningún tipo, y mira que es difícil, eh?
EliminarSaludos.
Un texto para leer y releer, e interiorizarlo.
ResponderEliminarHay una frase, que recalcaría por encima de todas: ".... al regresar esa bella vulnerabilidad, esa que nace del amor y del miedo a ser amada"
Y sí, la Vida, vuelve y sigue....
Y yo añadiría, por suerte!
Un beso!!
Gracias por leerlo.
EliminarAbrir de nuevo la puerta, es una aventura. Y la llave, esa vulnerabilidad.
Y sí!!!
Un beso!!!