DÍAS, H (4)

H, como Huella.

Mary Poppins. Una huella de mi segundo avatar desde 2008, y al que le guardo un indescriptible cariño por mil y una razones.

Hipocondríacos por doquier, histeria colectiva e indivi-dual, hipócritas que ahora tras la mascarilla esconden su inexistente dignidad de la que presumen. Huesos que crujen, huesos que callan, huesos que pesan en los huecos de las hazañas huérfanas de héroes.

H como Huella, huellas que tus manos dejan bajo el tacto de mi piel, miel perenne, que no caduca pese al paso de las horas antes de volver a encontrarte.

                                                   

                                

Por suerte,  a ti, no te he  soñado, ni te sueño, si bien aún puedo soñar con la utopía  y me pregunto a dónde volaban las quimeras e ideales que con el peso de la razón se descuartizaban en mil pedazos sin por ello llegar a engendrar monstruos goyescos, aunque sí más de algunos disparates.

Luego ya juntos en la calle hemos hecho cantar al otoño bailando un pas de deux, aquél  que aprendimos en primavera, y lloramos hasta por un beso que con cierto desgano dimos, y después le seguimos el ritmo al presente llorando al compás  de la lluvia tras el cristal viendo desfilar el pasado y un futuro inerme, y el todo,  acompasado al ritmo de una habanera -que fue antes que el tango-, y enfundados en pompas de jabón que nunca estallan,  con versos debajo del brazo para gritar, acallar o por vociferar,  guardados en un poema al que a nadie le dimos la llave, sólo  porque no nos la robasen también mientras dormíamos esos y esas hdlgp que nunca duermen...

La realidad arropada por su prosaica virtud le arrancó a la poesía sus últimos versos, y con ella la arena que se desliza irreversible e  inexorable entre los dedos de las manos, así, paulatinamente y ante la impotencia de nuestra mirada, como el rocío que bebe de la transitoriedad del perfume de las rosas, y mientras ella crece y se agiganta, porque ella nunca duerme, sentimos los pasos y huellas de algunas absurdas cotidianidades que no dan para más, anestesiados en la mediocridad de unas luces de neón disfrazadas de viejos duermevelas, un paso tras otro, traspié, bajo un otoño que no se decide a serlo, pobre huérfano de sus propias hojas muertas.

Esta mañana paseando por nuestra playa mis huellas delinearon tu nombre. 

Sonreí al darme la vuelta y quise empaquetarlo para hacerte un regalo. 

Pero una ola traviesa se lo llevó. 

Al abrir el paquete, se dibujó como la espuma en la comisura de tus labios una sonrisa. 

En el paquete estábamos tú, la ola, y yo, entre esos pasos perdidos que no 

dejan huella...

Esta mañana, tras escuchar tu voz, mientras desayunaba  un Pa amb oli i sal... ;) me entró el HIPO. 

Sonrío.

Y aquí te lo dejo ;)

I , Brindem, com dius tu,

mentre ens quedi vida,

amb una copa de vi...