domingo, 28 de febrero de 2021

ENAMOR-ANDO 2

 


A él se le notaba muchísimo que se había quedado atascado en una época más bien aburrida y grisácea de su propia existencia. No es obligatorio, pero en estos casos se nota cómo se le despierta a uno la impaciencia y la libido.

En cuanto a mí, había logrado persuadirme de que a fuerza de negociar con la belleza, 


había acabado por cambiar el placer inmediato contra un cierto principio de realidad lastimera en la que ya me había reconocido en  algún que otro manual para cretinos emocionales.

El caso es que no me gustó de entrada. 

Y eso antes de que me cogiese por la cintura como un buen actor de cine de reestreno en uno de esos salones chics de la Rive Gauche, cuando me lo presentó Margot como el "célebre", el "famoso" Maxime, y luego como "un ser singular, especial, generoso, de gran corazón", etc etc... fórmulas de las que ya hubiese debido huir en ese mismo instante tras haber sido pronunciadas.

Iba vestido con un pantalón corto y una camisa a la que no le faltaba ningún color del arcoíris. Había en él y en su atuendo algo demasiado sofisticado tras esos aires pasoteros. Tanto estilo rebuscado me irritaba las pupilas y escocía en la retina.

En resumen: que ya lo había olvidado, y sin pena ni gloria, e inclusive nuestra segunda cita.

Pero una noche de esas que sales de trabajar y en lugar de volver a casa te diriges a casa de Margot, la chica chic de los aperitivos mundanos en uno de esos en el que va y  conocí a Max; una de esas noches en las que no te apetece volver a casa, un bajón de jueves de otoño con cara de invierno, por ejemplo, aún con salva-conducto Covid, en el que sólo los gilipollas según el Blanquer hemos de seguir, para no crear una brecha en las desigualdades. O igual es que ni tenía a nadie a mano  en quién pensar. La verdad, tampoco me lo planteé. 

Y oupss. Allí estaba Él.

Me hubiese gustado hasta tener algo que decirle cuando Margot fue a la cocina a buscar unas servilletas de papel, pero es que de lo que hablamos no retuve nada de aquella conversación, tan transparente y gris como un calabobos matinal.

No recuerdo ningún gesto en particular ni ambiente alguno aterciopelado para acompañar con un tinte de ambrosía aquel instante, nada que pudiese sorprenderme el corazón.

Y sin embargo fue aquella misma noche cuando con todo el ardor del mundo me había mostrado la maqueta de su último disco, y luego su último proyecto literario, y me había pedido que se lo tradujese y que de poder ser hasta le trastocase todos los gerundios. 
Por mi parte hubiese tenido que encontrar todo aquello fascinante y conmovedor. 
Margot al regresar de la cocina agitaba las manos y decía lo valiente que era, - es la palabra- valiente por haberse lanzado a llevar a cabo sus sueños y no rendirse con la que está cayendo hoy en día culturalmente hablando.

Yo es que en el fondo no entiendo muy bien aún hoy en qué consiste y reside  la valentía de confeccionar objetos,  crearlos, escribirlos, componerlos, y tener que sentirse obligados a mostrárselos al mundo entero después; pero para no parecer una amargada ni una desagradecida, le agradecí su propuesta y le mostré un tímido interés con un discreto cumplido.

Y ¡ay! fue entonces cuando Maxime me invitó con Margot a pasar un fin de semana en Normandía, y es que en realidad las cosas suceden así una tras otra, tras una conversación de lo más tonta, cuando va y dices, vale, me parece una buena idea, poseída por alguien que no eres tú.

Me ha llevado mi tiempo entenderlo, pero las cosas en realidad son simples, se trata de venderte con un "ay" y ser ligera de cascos, pero con un toque de lucidez y al mismo tiempo, parecer seria -con un no sé qué sé yo-  ¿ una chispa de travesura?. 
Et voilá!! On y est!!

Es a nivel de las tonterías, del “je ne sais quoi” donde va y yo  me lío y me monto el follón padre. En fin que todo es cuestión de saber “dosificar-se” e ir ligerita de cascos haciendo un copiar-pegar. Et voilà! Le tour est joué. Pero, como no sabría ni cómo hacerlo...

El fin de semana se aproximaba,  sí,  el " fin de semana" , pero antes de que hubiese llegado, ya me tenía cansada antes de acostarme, ese mismo lunes, ante un Marte… y por venir, y descubrir.


No volví a pensar en él (fin de) hasta que me llamó Max. No me atreví a echarme para atrás al oír mis propios argumentos salir de su boca, sólo añadí que llegaría tarde, muchas cosas por hacer antes del viernes noche, cuestión de acortarme el suplicio y lograr dormir a pierna suelta.
Ya que este lunes, volvíamos todos, tras las vaga-ciones, al eterno retorno-retoño, o cada cual a nuestro día de la marmota, o a intentar sobrevivir, mientras nos dejen respirar, en el poco espacio y tiempo, del que disponemos...








(Continuará)

10 comentarios:

  1. ¿Fuiste? y ¿hubo tema?
    Sigue, sigue, no puedo esperar.

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  2. Zarzamora:
    hay personas que dejan huella literaria, con prosa poética o poesía prosaica.
    ¡Mientras el covid no desbarate los planes!
    Salu2 de rentrée.
    ¡Bonita canción, también!

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  3. Cuando empieza a salir moho en la comisura de los labios.... Pero ahora, con la mascarilla... Y oye, un fin de semana es un fin de semana, el lunes ya haremos cuentas. :))

    Bsss, leona traviesa

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  4. Muy interesante..... esperando la siguiente. Abrazos.

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  5. Ese chico está borracho de si mismo, no le importa lo que tú pienses o sientas. Tenerlo satisfecho no deja tiempo libre ni para cepillarse los dientes ;)

    Ahora entiendo tu respuesta a mi comentario de tu entrada anterior.

    Para ser feliz es preciso alguien que nos deje oxígeno.

    Un beso.

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  6. Estaría bien un fin de semana
    para convertir algunos buenos gerundios
    en estupendos presentes.
    Besos

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  7. Pues un finde... tampoco está mal.

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  8. -Vaga-ciones de finde, saben a poco, pero menos es nada...Pero tu si que sabes sacarle partido a esos momentos.No es cantidad ,sino calidad:)

    Seguimos esperando el siguiente capítulo...


    Un beso

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  9. Ay, que quién sabe. A veces da pereza dar una nueva oportunidad a la vida, pero siempre compensa.
    Besos.

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  10. Gracias por seguir el relato, rebeldes.

    Bss por doquier y a man-salva!!!

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Rebeldes que dejaron su zarzamora