Hoy por hoy hay que hacer cosas, (muchas) atolondrarse, tener la agenda hasta los topes, salir de viaje adonde sea, y a poder ser todos los fines de semana, hacerse selfis haciendo cosas, ya sea comiendo, cantando, en el gimnasio, o sentado en un bar esperando hacer más cosas. Metros, reuniones, autobuses, conciertos, taxis, cine, expos, conversaciones, visitas, citas: hacer cosas, y más cosas.
Y, ¿para qué tanta
cosa?
Reivindicar el aburri-miento hoy se ha convertido en un acto políticamente
incorrecto; decir no he hecho absolutamente nada cuando nos preguntan ¿qué
hiciste? va en aras de llegar a ser sinónimo de fantasma, espectro, invisible, transparente,
insípido e insustancial, de estar muerto en vida, vaya.
Reivindicar el país de las Batuecas, estar en limbo, disfrutar de la calma y la
serenidad, y de la paz, del soslayo y la
torpeza de cada gesto, del adormecedor
sonido del silencio, de la irresponsabilidad; disfrutar del goce de no tener que estar frente a alguien y
presentarle nuestras mejores galas y nuestra mejor cara de manera falsa e
hipócrita para mantener una conversación insustancial; quedarse uno a solas y
entablar soliloquios consigo mismo, tropezarse con la imaginación sin haber
tenido que buscarla de paseo, dedicarnos ese instante de magia egoísta; poner el stop, y marcarle un fielato a la autovía del corre-corre y la rutina, y a nuestro aturullado pensamiento que sólo sabe de contradicciones y des-dichas;
observar la vida y dejar que pase, dejarla que vaya a su aire, y abandonarnos a haraganear, a saltarnos la cita
intempestiva, y todo lo más consentirnos abrir el grifo
de la bañera, oler la ropa recién tendida al sol,
prepararnos una limonada casera bien fría, escuchar las aspas del ventilador y
el susurro del aire que baña la piel; cerrar las escotillas a cualquier tipo de redes; y
escribir, y contar como bálsamo a la desilusión y al desaliento, y al prosaísmo que nos circunda, nos duele, o nos torea con su falta de delicadeza e imprevistos, a través de esa manera tan suya de arrastrarnos a la mísera
realidad que nos rodea, y sin filtro alguno; escribir como triaca
contra los muros y las voces estridentes que nos van levantando sin pedirnos permiso, en sí ya es: “ Hacer cosas”, ¿o no?
El "dolce far niente"
ResponderEliminarMe encanta como escribes, prima
Siempre consideré la contemplación del ombligo como una actividad necesaria, compatible a la perfección con cualquier otra actividad.
ResponderEliminarDios se pegó una "panzá" a trabajar seis días y el séptimo descansó. Y ahí sigue, en actitud contemplativa desde entonces, sin dar un palo al agua. Y no le ha ido tan mal ¿no?. Es un ejemplo a seguir.
ResponderEliminarEl cierre de tu texto desvela lo que conforme leía pensaba en contestarte... Si cuando "no haces nada" gestas estos textos, por favor, sigue así :))
ResponderEliminarBss leona yacente.
Cuánta razón tienes. Pero, cambiando de tema… ¿cómo lo haces para escribir cada día mejor…? y ese listón ya estaba bien alto !!!!! Me siento cada vez más torpe con el teclado, y no paro de sorprenderme por esa facilidad y riqueza desplegadas…. Y eso que has estado “haciendo nada”, jajaja…. Qué alegría madre!! Abrazo desde este sur que se desespereza lastrado por el verano eterno!!
ResponderEliminarLa idea es hacer lo que a uno le haga bien y no estar pendiente de la mirada externa. Se puede, es difícil pero se puede. Tirarse en el sillón a ver tv es tan placentero como pasear jaja, o por lo menos me siento cómodo en las dos cosas. Saludos y un beso para vos como siempre...
ResponderEliminarWhowww!!!
ResponderEliminarManolo, Luís, yJLO.... este post lo voy a enmarcar... ;) un lujazo teneros por aquí y a los tres juntos :))
Gracias Tracy, Cabrónidas y Diego, por cuánto disfruto leyéndoos, y por vuetra huella y rebeldía, y vuestra paciencia conmigo pese a mis ausencias.
Zarzamora:
ResponderEliminarmuy buena la secuencia de la película...
Hay que aburrirse de vez en cuando. No sé esa manía de estar siempre haciendo algo.
Cuando me aburría, mi madre me decía: dáte con una piedra en los tobillos y verás como se te pasa el aburrimiento... (claro que nunca probé ese método...)
Salu2 amusants.
Espero que lo pasaras bien en la fiesta del año nuevo judío. Abrazos.
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