Te esperaré de espaldas sentada en la terraza de siempre. Llegarás con la bufanda roja, y los guantes de cuero echando pestes de París, y del frío que hace siempre, carajo, como cada vez que nos vemos, y codiciando a esta vieja amante que dices que soy cuya inteligencia dices apreciar así como mi compañía y mi comprensión. Luego me harás danzar entre tus palabras, y tus manos resbalarán sobre el cristal empañado de cerveza.
Te perdoné en aquel preciso instante con sabor a un hasta pronto, no sé hacer de otra manera. Tal vez porque nunca he podido ya querer a nadie como tú me enseñaste a hacerlo, sin cicatrices ni miedos.
Yo ya no sé identificar lo que percibo, pero me encuentro acorralada en ese no sé qué tan tuyo. Todo esto no ahuyenta nuestros demonios pero tú has ido aprendiendo con los años que sufrir por aquellos a quienes se ama ni siquiera es una crueldad, aunque por mi parte prefiera pensar que se trate de mi mala memoria...
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Des années à me demander si tout ça était bien raisonnable, si la vie amoureuse ou la vie tout court mérite ces aléas, des coups de coeur aux coups de couteaux dans le cœur, si cette spatiale élégance mérite que je m’y attarde pour essayer de comprendre pour quoi j’eus encore besoin d’y croire.
Un simple décryptage de ces comportements m’aurait permis de savoir que derrière les mots il n’y avait peut-être pas de l'amour, mais sans doute un grand besoin de construction délibérée de ta part ainsi que de tentatives d’y croire de la mienne, puis de l’exaspération. Le jeu se répétait sempiternellement, comme celui d’un ritornello. Seules les règles différaient. Toujours ces putains de règles que rien ni personne n’a jamais osé me montrer avant d’y jouer. Mais c’est vrai… je n’aime pas les jeux.
Le mistral balaiera une fois de plus tes mensonges et tes promesses. Le vent parisien les miennes.
L’important sera de ne plus jamais laisser pénétrer ce qui se déguise si mal sous les mots grimaçants que ces hommes médiocres forment laborieusement cachant leur autodestruction et pas l’amour qui pointent sans aucune poésie sous leurs tristes habits couverts de poussière et de frustrations.
Leurs paroles pleines de cette substance écoeurante et visqueuse feront revenir les couleurs à leurs joues pâles et ternes, sans rime ni raison. Ça les aide à vivre. A tromper l’ennemi.
D’autres y croiront. Je le sais. J’en suis même persuadée.
Je ne les plains pas. Je ne fais que parcourir le quartier de l’oubli, la rue du destin, le silence de leurs chagrins à venir dont je n’aurai aucune trace.
Demi-teintes, seulement, demi-teintes… et un miroir qui reflètera nos quotidiens.
El verdadedo amor siempre está llegando... esperemos que no partiendo de nuevo.
ResponderEliminarAbrazo hasta vos!!
El amor viene y va... esperemos.
EliminarAbrazo, Carlos.
Siempre hay que creer en algo...aunque sea en el amor. 💘
ResponderEliminarBesos con forma de roscón;)
Le hablas a una eterna descreída... :))
EliminarBesos con haba ;)
Zarzamora:
ResponderEliminarentrañable canción la de Sabina. ¡Ay, cuántos tranvías se van justo cuando llegamos a la parada!
Salu2 transportés.
Y cuántos hay que hasta nos salpican cuando llueve ;)
EliminarBises tramway, murcianico.
Pasan trenes, tranvías y autobuses, quizá sea difícil localizar la parada. Los sueños mitigan el dolor de la ausencia. Si aparece, se podrá decir: "Vuelva usted mañana".
ResponderEliminarPreciosa entrada. Deja a una balbuciendo.
Un beso.
Y hasta aviones... Aunque no de sueños también se viva.
EliminarO "Ni presentarse siquiera" o " Quédate".
Gracias.
Un beso, Ilduara.
Has elegido una bonita canción para un texto bonito como el que más. Todo se repite continuamente, la vida es una noria, pero los tiempos cambian su cadencia.
ResponderEliminarEl tiempo es tremendo cabroncete... y esa noria, es una montaña rusa de emociones que sube y baja como la vida misma.
EliminarArrivera-t-il un jour oû le vent mistral balaiera définitivement toutes ses mensonges et promesses, et le vent parisien les tiennes? Qui sait... Ce jour, le quartier de l'oubli méritera bien son nom.
ResponderEliminarJe n'y crois pas, mais l'impossible n'est pas français... Ce quartier de l'oubli se trouvera-t-il dans la rue de la Paix? ;)
EliminarEs que el rencor no alimenta, mejor perdonar y olvidar.
ResponderEliminarSabes muy bien de lo que hablo.
Besitos con mucho amor.
Depende que... rencor nah, pero perdón según qué nah.
EliminarLo sé.
Besos, bombón!
Es una inspirada prosa poética.
ResponderEliminarCon una llegada, un regreso, como preludia de una pronta despedida.
Besos.
Lo que se quiera pensar, Demi.
EliminarSe ofrecen varas opciones ;)
Besos.
Es bonito que perdones. Montones de besos.
ResponderEliminarEs bonito perdonar lo que se puede perdonar... del resto ya se encarga Dios. Toneladas de besos, Teresa.
Eliminar¡Ay, esa terracita de París y ese amor en conserva de años, que no enlatado,sino más libre que las golondrinas que sobrevuelan Notre Dame (en una terracita cercana a la catedral, me bebí un día de primavera de 2014 un cognac francés del que aún conservo el regustillo)!
ResponderEliminarMaravillosa prosa,Zarzamora.
Fuerte y cálido el abrazo desde este frío enero.
Ay, pillín, pillín!!
EliminarY gracias siempre por tus cálidas palabras, mi querido Poeta.
Un abrazo, Joaquín.
Eso creo yo, que lo divino perdone lo que el ser humano, no pueda :))
ResponderEliminarVa otro, J. David.